Egun on kukuoyentes de esta emisora imaginaria. Aitor Francesena, Gallo, desafortunadamente sigue sin recuperar la visión. Sin embargo está dando más caña que nunca, tanto surfeando en el agua como fuera de ella, algo que me parece como mínimo, digno de admiración. Pero él es así, y no hay otro igual, por eso nos sorprende ocasión tras ocasión. Dentro de poco dará que hablar por otro motivo que tendréis que esperar un poquito más a conocerlo. Permaneced a la escucha.
De momento os dejo con la entrevista que tuve la oportunidad de hacerle para la revista 3sesenta.
Ondo ibili kukureaders!
Gallo, por Jabi Iraizoz.
A finales de abril me encontré con
Gallo aparcado en el borde de la carretera de la costa junto a una ola. Estaba
con Nacho Sanchís, un chaval de veinte años de levante al que entrena. Nos
saludamos, miramos las condiciones y me fui a cambiar junto al coche. De pronto
le vi acercándose hacia mí con zancadas grandes y decididas.
- Movida. ¡Movida gorda!
- ¿Qué pasa Gallo?
- Que el chaval este está atontado ¡y
se ha dejado las llaves dentro!
Me pidió si les podía acercar a
Zarautz. Nacho tenía su tabla y traje fuera del coche y decidimos pegarnos la
sesión. Después del baño les acercaría al pueblo.
Desde lejos le veía haciendo aspavientos.
Les adelanté en la bajada hacia la ola y la bronca que le estaba cayendo a
Nacho creo que no se le va a olvidar en la vida, era olímpica.
En el trayecto de vuelta le cayeron unas
cuantas vaciladas más, diciéndole que su entrenamiento iba a ser peor que la
mili, que Gallo le iba a hacer un hombre, etc.. Nos reímos mucho, incluido
Nacho.
Gallo me preguntó por mi viaje y le
conté mi experiencia en Polinesia Francesa. Me había dado valiosos consejos antes
de marchar un año alrededor del mundo. También sobre alguna de nuestras olas a
la vuelta.
Me volvió a ofrecer trabajo en su
escuela de surf (www.laescueladelsurf.com). Acepté con mucho gusto. Tanto él
como Patxi son grandes profesionales.
Así es Gallo. Surf, técnica,
perseverancia, humor y generosidad. Entrenador de Aritz Aranburu y
seleccionador de la FES (Federación Española de Surf). Una pieza muy importante
en la comunidad surfera y en la vida de muchas personas.
Unos días después de su accidente, me
encargan que escriba este artículo sobre él. Entrevisto a dos de las personas
que mejor le conocen. Patxi y Aritz. Realizarlo ha sido una de las experiencias más
intensas de mi vida.
Al cierre del mismo hay algunas
esperanzas de que pueda recuperar la vista. Esperemos que así sea.
Patxi, (amigo y socio) sobre Gallo:
“La cabeza más dura de toda
Euskal-Herria. Así. Habrá alguna cabeza dura por Kortezubi o por ahí pero este
es de traca. Lo que quiere lo va a sacar como sea. Va a dar todo por lo que
quiere. No lo puedes descarrilar de su camino. Es imposible. Además tiene
bastante buena psicología. Pilla rápido cómo es cada uno. Tiene mucho feeling.
Si recupera
la mínima parte de visión no me cabe la menor duda de que este tío va a entrar
al agua si o sí. Y si desgraciadamente las cosas van mal, también entrará al
agua. Ya haremos algo, ya haremos algo. Seguro. Además lo hemos estado
comentando. Ya nos buscaremos la vida. Además tengo entendido que hay un
brasileño que es invidente y ha surfeado en Pipeline, Derek Rabelo.
Yo creo que
hay un rastro de arena que sube desde abajo del hospital hasta la habitación de
toda la banda que va apareciendo en bañata y chancletas. Mucha pero que mucha
gente. Está eternamente agradecido a todos los que han ido a verle, a los que
le están escribiendo y llamando por teléfono; hay momentos que está con dos
teléfonos a la vez.. es algo continuo.”
Aritz Aranburu (su pupilo, surfista
profesional) sobre Gallo.
“Cuando probé el surf de pequeño en su
escuela me enganché directamente. Gallo como persona es un tío que tiene sus
ideas muy claras. Toda su vida ha aprendido a sacarse las castañas del fuego
por él mismo. Cualquier cosa que se le mete en la cabeza la tiene que cumplir.
Las cosas que
ha llegado a hacer de la manera en que ha estado es algo increíble. Se ha construido
hasta su propia casa; conmigo ha hecho
todo lo que ha podido y más. Es para escribir un libro.
Estar a su
lado durante tanto tiempo me ha hecho ser muy fuerte. Al margen de su disciplina
es un cachondeo, le encanta echarse sus risas. Tenemos vicios comunes como la
comida. Alguna vez nos fuimos a entrenar con la tripa llena porque le había
convencido para comernos un bocata de chorizo de Pamplona.
Gallo estaba
en Tahiti cuando logré el 3er puesto y eliminé a Kelly Slater. Fue muy guapo,
un sueño cumplido. Tener a alguien tan cercano lejos de casa es una gozada. Y
sirvió. Es un motivador nato. Gallo representa que “querer es poder”.
Debería haber
más gente así para sacar adelante la cantera. Es un referente. Mi mensaje para
él es que siempre esté con ganas de seguir adelante. Que siempre voy a estar a
su lado como siempre ha estado él al mío. Él como entrenador de lujo y yo como
pupilo. Es algo que voy a necesitar toda mi vida, tenerle a mi lado.”
GALLO, habitación 325.
(Suena música de fondo en un móvil).
Ponlo en la
entrevista, que estoy aquí en la habitación con unos coleguitas de catorce años
que son la bomba, que no piensan más que
en bailar, pasear y en disfrutar de la vida, ¿si o no Mario? Claro que sí, con
dos cojones.
Gallo, ¿cuándo empezaste a surfear?
Empecé a
surfear tarde, más tarde de lo que nos gustaría, con 13 años. En Zarautz, con
tablas muy viejas, Itxas-tresna y pidiendo a la gente que nos las dejaran.
En Zarautz
había dos niveles de vida. La gente pudiente y la menos pudiente. Y nosotros
éramos de una familia no pudiente y entonces veíamos que la gente que hacía
surf eran los ricos. Entonces los mirábamos como mira que suerte, tiene una
tabla de surf.
Como nosotros
no llegábamos a ese nivel, teníamos todos patinetes; Los surfistas para
nosotros eran como extraterrestres.
¿Como semidioses?
Como dioses. Como
yo era amigo de Kangurito pues poco a poco conseguimos que nos fueran dejando
entrar en esa piña. Si en todo el verano te dejaban tres veces la tabla de surf
te llamaban gorrón diez veces pero era como si ahora te dejan un Ferrari. Era
algo que no se puede explicar con palabras.
Tú ya no
flipabas de lo que hacías ese día con la tabla sino de ir desde el malecón
hasta la orilla y que todo el mundo te viese con la tabla de surf debajo del
brazo. Eso era lo más flipante. Un día le vi a Ibon Amatriain..
¿Cómo os conocisteis?
Le conocí
mucho más tarde (emocionado). La primera vez que le vi era en el canal. Llevaba
una Mike Tabelin con una funda de superman superguapa y le dije a Kangurito:
-¿Quién es
este tío?
- Ese es
Ibontxo.
-¿Ibontxo?
-Le llaman
musculitos.
-Musculitos..
Y se quedó en
eso. No le volví a ver más. Años después estaba patinando en mi barrio, en
Vista Alegre y aparecen –para mí fue la bomba- tres tíos subidos en un
vespino. Eran Ramiro, Ibontxo y Borja
Gómez Olea. Los tres con unos patinetes traídos de Estados Unidos increíbles
debajo del brazo.. para mí fue como ver una nave espacial.
Yo tenía un
patinete Sancheski Top pequeñito como las réplicas que han sacado ahora. Me lo
regalaron con seis años. Y me quedé ahí en la esquina, flipando en la acera de
como patinaban. Ellos ni me saludan, flipo viéndoles patinar. y de repente
Borja, el mayor de los tres me pregunta:
-¿Quieres
probar el patín? Y yo eeh, ¡me ha dejado el patín!
Me monté y
fue como si yo hubiese ido en una txalupa y ellos iban en un transatlántico. Una
gozada.
De repente el
mayor me dijo:
-Oye, tú tienes
futuro.
A veces me
recuerda Ibontxo de risas que Borja fue el primero que me fichó.
Siempre he
querido surfear. Podía ver surfear horas y horas de lo bonito, lo increíble y
lo emocionante que era verles en la ola, la velocidad..
La primera
tabla de surf la hice con los Troitiño. De ellos Javi era muy manitas y
empezaron a fabricar ellos las primeras tablas que pesaban 13 o 16 kilos.
Como solo
veía de un ojo, tenía terminantemente prohibido por mis padres hacer surf. A
escondidas empecé a montar bisagras de armarios en el garaje de un amigo. Por
cada cinco me daban una peseta. Ahorré y me compré el primer foam, los primeros
metros de fibra y resina. Así hice mi primera tabla de surf. Y no sólo la
primera, hasta la cuarta.
¿Qué te lleva a convertirte en
entrenador de surf?
Con Mikel
Troitiño en Zarautz en el ‘90 abrimos la primera escuela de surf
del país. Durante muchos años trabajábamos sólo en verano. Un día el padre de
Hodei Collazo nos lanzó la sugerencia de seguir en invierno con los que enseñábamos
en verano. En aquella época estaba en mis últimos años de competición y
empezaba a tener problemas con la vista. Comencé a entrenarles.
Y así también
fui comiéndome la cabeza, porque me gusta mucho hacerlo. Busqué la forma de
aportarles algo y tener un objetivo final. Y el objetivo final era el CT.
Entonces yo
decía: primero tienes que ser el mejor de tu casa, luego el mejor del país, el
mejor de Europa, el mejor del QS y el mejor del CT.
Dividí el año
en temporadas, invierno y verano. En los días cortos metí físico, de esa manera
si trabajábamos bien el físico con una pretemporada, con una buena resistencia
y un poco de fuerza, cuando llega la primavera un chaval bien entrenado puede
estar seis horas en el agua.
Y vi que iba funcionando.
Estudié Preparador Físico en Pamplona. Creé mi propia estructura.
Lo más
importante es buscar la persona que se acople a ese método y que no tire la
toalla en ningún momento.
Tácticamente
es A, B y C según las condiciones del mar, roca o arena, etc..
No hay más
secreto.
Hubo un
momento en el que tenía mucha gente entrenando. De no ser nada empezaron a ser
algo y me empezaron a faltar al respeto. Pero esa es otra historia.
Puse las
cartas encima de la mesa. Las cartas para llegar al CT. Hubo gente que se
asustó porque eran jevis, hubo gente que no quería ser profesional del surfing.
Aritz se quedó. Él creyó en esas cartas.
¿Cómo conociste a Aritz?
Comenzó a
hacer surf con nosotros en la escuela, con Mikel Troitiño y yo. Tenía siete
años. Le enseñamos las pocas cosas que le podíamos enseñar sobre la tabla de
surf y lo dejamos ahí.
Entonces cada
verano venía y nos dejaba la tabla allí, venía, surfeaba, se iba, nos comía la
oreja (risas).
Cuando
decidió quedarse a entrenar conmigo yo le dije: -En diez años CT. Yo creo que
hasta los dos últimos años no creyó en lo que le decía. Eso sí, si creía en lo
que veía. Todo el camino se iba cumpliendo en relación a lo que yo había dicho.
Cada momento con sus historias y su sufrimiento correspondiente.
Me imagino que la disciplina sería
dura..
Muy dura. Yo
he flipado con Aritz. De estar estudiando, ir a clase cuatro horas, ir a
Mundaka; estar seis horas en el agua, llegar a Zarautz y saber que tenía tres
horas de entrenamiento físico. Coger y ni mú. Decirle: -Aritz tranquilo que
esto traerá sus frutos. Y el tío sin problemas. Pa dentro.
Y el día que
consiguió entrar en el CT, dije que si alguien se lo merecía era Aritz. Yo le
he visto sufrir como un campeón. No sufrir de decirme que estaba sufriendo,
sino sufrir de que eso es incomible. Ni triatletas entrenan así.
Oye Gallo. ¿Cómo fue cuando entró en
el CT?
(Se queda
pensativo) Buah. Llegar ahí fue muy bonito.
Incluso en la
trayectoria Ibontxo me decía ante cada objetivo: -Gallo, eso es imposible. Y
llegábamos. Ibon me felicitaba: -Cebao Gallo. Iba a por el siguiente e Ibon me
decía, ya sabes cómo es él: -Me jode decírtelo Gallo, pero es que no se puede.
Y lo conseguimos. Al loro.
Has tenido un apoyo brutal y mogollón
de visitas desde el accidente. ¿Qué te pasó?
Tenía un
entrenamiento en marea baja donde quería ver a los chavales en olas con mucha
curva. Después decidí darme un baño. Era un cerrote. En una ola me puse de pié
y no se que pasó, si clavé el canto o qué pero me caí de arriba abajo y noté un
golpe increíble en toda la cara. Me pilló con el ojo abierto mirando al agua.
Y pensé, ya
está. Se ha acabado. No me he dado un golpe tan fuerte en mi vida. Abrí el ojo
y vi todo negro. Me tumbé encima de la tabla y pedí ayuda. Vinieron dos tíos y
me ayudaron a salir.
La sensación
fue muy jevi. Todo negro. Que es una de las cosas a las que siempre he tenido
miedo. A ver negro. Iba sobre la tabla saliendo notando lo perdido que estás
estando ciego. Hasta que notaba la espuma estaba totalmente descolocado. Ambulancia,
en ese mismo día me operaron y cuando salí de la operación me dijeron que no
había nada que hacer.
Estoy un poco
flipado conmigo mismo porque es una sensación que no la entiendo. Pero la llevo
bien.
Es como si
estuviera en una cápsula pero estoy a gusto. Como si tuviera un descanso. Año y medio atrás estuve super mal y cuando
estaba mal sí que era duro porque
intentaba estar
a la altura de todas las situaciones.
Al levantarme
estaba sentado un minuto en la esquina pensando: -a ver que me pasa hoy, a ver
si no me pilla un coche, o me caigo, y a ver si llego a todo en el horario y
pasando lo más desapercibido posible. Eso si que era duro.
Ahora llega
esto e igual he sufrido tanto, tanto…; tenía tanto miedo a esto, que ahora ha llegado y más bajo no se puede.
Que todo lo que venga, venga y si no viene, así me quedo. Yo así, tiro para adelante.
Por todo lo que la gente me está transmitiendo.
Desde mi
hija, que por ella sola ya tengo que tirar adelante si o si. Y por toda la
gente, que tengo unos amigos que son increíbles y me lo han demostrado día a
día.
Antes de empezar la entrevista me has
comentado que has hablado con deportistas invidentes..
Si y me han
ayudado mucho, mucho. El mero hecho de cómo te hablan y qué cosas te dicen es
increíble. Te dicen que ellos no envidian a la gente que ve, que sienten cosas
que la gente que ve no las siente, van demasiado rápido en el día a día.
Hay gente que igual piensa que te
arriesgabas al surfear, pero, como surfista ¿el compromiso con la mar es
ineludible?
Dentro de dos
meses iba a tener un transplante de córnea. Si entonces me hubiera quedado
ciego creo habría sido bastante más jevi. Tanto para el doctor Javier
Mendicute, que siempre lo ha dado todo para que yo esté bien y vea, como para
mí. Me ha pasado haciendo lo que más me gusta. Me podría haber pasado dándome
un golpe cualquiera.
Y ahora qué ideas tienes. ¿Cuál es la
estrategia a seguir?
De primeras,
esperar a que me operen y según lo que vean tocarán. Si veo, olé. Si no veo ponerme
en contacto con la ONCE, prepararme al máximo con iphone o tablets porque dicen
que ayuda mucho.
Luego comprar
un perrito guay que sea mi guía, mi referente y el que me lleve a todos los
sitios. Porque está claro que quieto no voy a estar. Y tirar la toalla es lo
último que voy a hacer.
Pase lo que pase, te vamos a ver en el
agua.
Eso me da
miedo. Si. Porque las sensaciones que voy a notar en el agua no van a ser las
que yo quiero ¿sabes? Tiempo al tiempo.
Seguro que ya tienes ideas para abrir
caminos inexplorados, estrategias para trabajar que estoy convencido que te vas
a inventar. ¿Nos puedes contar alguna de ellas?
He hablado
con Ibon más de una vez estos días desde que me ha pasado esto. Tengo una idea
pero hay que ver si es factible. Somos amigos desde hace muchos años y nos
entendemos muy bien. Con su ayuda creo que podré seguir trabajando.
Estoy seguro de que nos vas a
sorprender como siempre haces. No vas a dejar a nadie hablando, todos con la
boca callada (risas). ¿Quieres mandar un mensaje a la comunidad surfera?
(Sonríe) Surfear
es lo más grande que hay en esta vida, a parte de otras cosas guapas. Nos
encontraremos por ahí, en alguna playa.
Eskerrik asko Gallo, ánimo!
Grácias a ti.
Un abrazo!
Nota: Un gran
agradecimiento a los dos chavales que me sacaron del agua, a la gente de la
ambulancia y al personal de urgencias y del hospital.