Las huellas del lobo. |
Regresando de una guardia. |
Jabalíes cruzando un cortafuegos. |
Ciervos cruzando la carretera al amanecer. Potenciales presas para el lobo. |
Cráneos de lobo encontrados en La Sierra. |
Carrancas para proteger el cuello de los mastines. |
Jóvenes mastines jugando entorno al rebaño. |
Mastín. |
Machos de ciervo con grandes cuernas. |
Ciervo macho con cuernas en crecimiento. |
Equipo de observación de precisión. |
Excrementos de lobo. |
Recorriendo La Sierra de La Culebra, hogar de lobos. |
Escultura de Juan Villa homenaje a Félix en Poza de la Sal. Cuarto Milenio. |
El cazador invisible. Apuntes sobre el lobo ibérico.
Por Jabi
Iraizoz.
Como
surfista me adentré hace años en la naturaleza de mano de las olas. Después
observé a los animales del océano y sus algas y escenarios. Esto me llevó a
fijarme en las sierras, valles y montañas y después en sus habitantes,
preguntándome dónde estaría el lobo, aquél animal de enorme magnetismo inmerso
en el trasfondo de nuestra educación y psique desde la infancia.
Esta vez emprendimos un viaje diferente lejos de las rompientes de la costa. Mi pareja y yo nos dirigimos hacia la Sierra de La Culebra con la intención de acercarnos al lobo ibérico. Había leído sobre los osos, lobos, linces y jabalíes de Europa del Este, de Rusia y Rumanía en Los señores del bosque pero me sorprendió descubrir que en la Península Ibérica contábamos con una población de más de dos mil ejemplares de Canis Lupus Signatus en libertad. Y para nuestra sorpresa había grupos de personas que se dedicaban a observarlos y defenderlos. Hacían posible a su vez que personas neófitas en el tema pudieran aproximarse a seguir las huellas del lobo.
Pero
hay que empezar por Félix. El doctor Félix Rodríguez de La Fuente fue muy
inteligente. Él quería salvar al lobo pero en la España durante la dictadura
estaba considerado como una alimaña y debido a la existencia de un departamento
para la eliminación de las mismas (en las que se incluían lobos, zorros,
buitres, linces, osos, águilas y un largo etcétera) estaba en serio peligro de
extinción. Solo quedaban unos doscientos ejemplares.
El
señor Félix sabía que intentar protegerlo directamente era imposible. Hay que
recordar que por entonces no había grupos ecologistas y fue él quien cambió la
conciencia de todo un país que empezó a mirar con admiración y compasión a la
riquísima fauna que nos rodeaba y a la que empezaba a acabársele el tiempo.
Curiosamente
algunos de estos grupos se volverían radicales en sus opiniones sobre los
métodos de Félix al criar algunos de esos animales en semi-libertad para
explicar al mundo sus virtudes. ¿Quizás mereció la pena hacerlo para salvar a
muchos más? Quienes pretenden mostrar a este maestro como un ser cruel
seguramente no comprenden que era un gran amante de la naturaleza cuando muy
pocos la defendían. Fue sin duda un adelantado a su tiempo y sembró unas
sólidas bases para la conservación de las especies de flora y fauna filmando y
narrando unas espectaculares imágenes que hoy en día aún dejan con la boca
abierta a la audiencia.
Llegamos
concretamente a Villardeciervos y jornada tras jornada fuimos haciéndonos una
panorámica de los distintos actores que conviven, cada uno a su manera, con el
lobo. A día de hoy la región, está poblada de árboles, pinos, robles y brezo.
Anteriormente no había arboleda porque el monte se “chiscaba”, es decir, se le
prendía fuego. En los años setenta se reintrodujo al ciervo y hoy en día el
lobo tiene presas naturales a las que cazar entre las que se encuentra también
el jabalí y el corzo. Se trató de introducir al gamo pero no consiguió salir
adelante.
Las
primeras salidas que realizamos de la mano de nuestro guía nos dejaron ver a
tres jabalíes adultos con seis o siete jabatos y más de veinte ciervos con sus
grandes cuernas. No esperábamos estar rodeados de estos grandes animales tan
pronto. Siempre salíamos en todo-terreno antes del amanecer y al atardecer, ya
que el lobo ibérico se ha especializado en la caza y recorrido de su territorio
por la noche, principalmente para esquivar al hombre. En cuanto a las aves,
observamos con potentes telescopios al abejaruco y al águila culebrera. Las
guardias transcurrían con la vista alerta desde puntos estratégicos de la
sierra de forma respetuosa.
La
primera huella de lobo que vimos nos emocionó. No se me olvidará nunca.
Prácticamente idéntica a la del perro pero en el entorno que sabíamos que
frecuentaba. Los excrementos (iguales que los de perro pero con mucho pelo procedente
de sus presas) cercanos no dejaban lugar a dudas, el lobo había pasado
recientemente por allí.
Su
presencia nos rodeó durante todos los días que pasamos amanecer y atardecer
tras el siguiente. Las huellas en el cemento fresco de un cementerio a no más
de cien metros de uno de los pueblos de La Sierra, en las orillas de las
lagunas, en los cortafuegos, nos mostraban que el lobo estaba en todas partes.
El porcentaje de avistamientos en la época adecuada puede ser bastante exitoso.
Lo que está claro es que el lobo sabe cómo protegerse y como proteger a su
manada. Es imprescindible contar con la gente local conocedora del terreno y
respetuosa con el mismo.
Conocimos
a un pastor. Es una zona lobera por lo que están acostumbrados a convivir con
él desde el respeto y el conocimiento de este super depredador. Nos describió
tres normas imprescindibles para la protección del ganado:
1- El pastor tiene que estar con
las ovejas, siempre.
2- El rebaño va protegido por
mastines. En este caso mastín español. (antiguamente se le ponían unos collares
de pinchos llamados carrancas).
3- El rebaño se guarda por la
noche, antiguamente en cercos de piedra, ahora en naves.
Estas
medidas se consideran un ejemplo a exportar a otras zonas que comienzan a
convivir con el lobo de nuevo.
Pedro, ganadero
de ochenta años de edad, nos contó dos historias que vivió en primera
persona cuando era joven.
La
primera sucedió cuando había encerrado al ganado por la noche. Era enero en la
primera quincena cuando más ilumina la luna la noche en todo el año. Tenía que
recorrer cuatro kilómetros hasta Villardeciervos para volver a casa. Caminando
se dio cuenta de que el lobo le seguía de cerca. Dudó si volver atrás pero
recordó que su abuelo le había dicho que no hay que mostrarle miedo al lobo.
Así continuó los cuatro kilómetros mirando por encima del hombro con mucho
miedo. Agarró una navajilla que llevaba en el bolsillo por si acaso le atacaba.
El lobo le acompañó hasta la entrada del pueblo y entonces desapareció.
Su
segundo encuentro sucedió estando Pedro con sus ovejas. Vio a un gran lobo.
Pedro intentó espantarlo tirándole piedras. El lobo las esquivaba y él dice que
de los nervios, aunque era un buen tirador, no daba una. Llevaba un cartucho
pero no tenía la escopeta junto a él. Al ver que el lobo no se iba optó por
dejarle atacar a sus ovejas mientras cogía su escopeta. Solo fue un instante
pero al volver no había rastro de él y no había tocado a las ovejas. Cree que
el lobo adivinó sus intenciones. Hay que tener en cuenta que en esta época aún
no se había reintroducido al ciervo y este se veía tentado por el ganado al no
tener una de sus principales presas naturales.
Pedro
no cree que el lobo deba desaparecer.
Tuvimos
también la oportunidad de conocer a los guardabosques, uno veterano y otro más
joven. Narraron una historia increíble. El más veterano en una ocasión se
encontró con una lobezna cara a cara. Desde entonces cada vez que iba al monte y
escuchaba el motor de su Land Rover verde salía a saludarle. La llamaron Loli.
La loba Loli más adelante fue tristemente abatida por un cazador furtivo.
Existe
un Centro del Lobo en La Sierra de La Culebra. Allí habitan un grupo de lo que
se denomina “lobos troquelados”. Son lobos que ya han tenido contacto con el
hombre, bien porque han sido rescatados bien porque han sido criados en
cautividad. Estos lobos no pueden ser reintroducidos en la naturaleza porque han
perdido su habilidad de caza o no la han aprendido. Tampoco rehúyen al hombre
porque están ya acostumbrados a él. Unos pocos días antes de nuestra llegada un
radical ignorante de estos conocimientos rompió la verja del centro y los dejó
en libertad. Afortunadamente pudieron ser recuperados aunque uno de sus
cuidadores sufrió el ataque de un lobo que estaba sometido a un gran estrés. La
cosa no fue a mayores. Existe el debate de si los lobos deben ser criados en
cautividad o no, ya que es un animal salvaje. O educar a la gente para verlos
en su medio. Un debate similar al de los cetáceos o animales marinos en
cautividad para disfrute del público.
Hay
algunos grupos que opinan que proporcionar algún animal muerto de tanto en
cuando al lobo ayudaría a poder observar a la manada alimentándose.
La
administración, dicen algunos ganaderos a los que no les molesta la presencia
del lobo, debería de proporcionar medios a modo preventivo, proporcionar
mastines, financiar el pienso y veterinarios de los mismos, pagar las ovejas
muertas de forma ágil, etc…
La caza
del lobo a día de hoy se subasta. Se pagan alrededor de cuatro mil euros por el
derecho a cazarlo en La Sierra de la Culebra. Se da la contradicción de que el
mismo lobo que unos turistas que van a observar en su hábitat con telescopios
puede ser abatido unos meses más tarde por un cazador. Se estima que el turismo
del lobo genera muchos más ingresos que su caza.
Como
curiosidad se observa que la actividad psíquica es superior en el lobo que en
el ciervo. Los lobos cazan en manada y normalmente no se enfrentan en solitario
a sus presas.
En los
años cincuenta se escucharon los últimos aullidos del lobo en el País Vasco.
Pero el lobo ha tratado de regresar en varias ocasiones a sus territorios desde
Cantabria y es abatido repetidamente. Este aparece en numerosos escudos de
pueblos de esta comunidad ya que en el pasado habitó este territorio con
normalidad. Antiguamente se celebraban los “Otsabilko” o días dedicados al
lobo. Otsaila significa el mes de los lobos que corresponde a febrero en
euskera. El apellido Otsoa u Otxoa significa “El lobo” que antiguamente se
empleaba como nombre. Sorprendentemente el lobo no está incluido en el catálogo
de especies protegidas del Gobierno Vasco. Es el último eslabón de la cornisa
cantábrica que le falta por recuperar al lobo para llegar a los Pirineos desde
el norte.
Al
norte del Duero la especie del lobo se gestiona, es decir se regula su
población con la eliminación mediante su caza. Mientras que al sur del Duero
está estrictamente protegida como en todo Portugal, donde se estima que habitan
unos trescientos ejemplares. En Sierra Morena la población está prácticamente
extinguida.
Los
ganaderos que han ganado con los años la comodidad al perder su convivencia con
el lobo ahora no quieren renunciar a tener a sus animales a sus anchas al
reintroducir al lobo. Muchos se niegan a tomar cualquier tipo de medidas como
adquirir mastines, vigilar más de cerca al ganado, guardarlo por la noche o
adquirir un seguro. La administración juega una vez más un papel muy importante
en este difícil equilibrio de todos los actores que tienen en este asunto al
lobo como eje.
Continuamos
nuestro camino para visitar las calles de Poza de la Sal por donde corrió sus
aventuras de la niñez Félix Rodríguez de la Fuente y visitar el espacio
medioambiental que el ayuntamiento ha puesto en su memoria. Así como honrarle
en las distintas estatuas que le recuerdan en esta localidad donde nació. Este
hombre dijo una vez que no podíamos permitir que los aullidos del lobo
desaparecieran nunca de las noches de la Península Ibérica.
Algunos
dichos populares de La Sierra de La Culebra sobre el lobo:
Sobre el lobo y su
comportamiento:
El lobo
viejo caza a la espera.
Lobo
hambriento no tiene asiento.
Por los
Santos la nieve por los altos y los lobos por los bajos.
El lobo
carne no hace, cerca de donde yace.
Sobre lobos y pastores.
Lobos
ahullando, pastores en vela.
Al lobo
hermano, con lanza en la mano.
Pastor
caravero (charlatán) hace al lobo carnicero.
Pastor
cucharero y lector hace al lobo gran señor.
Sobre el lobo y su ciclo
biológico
Gatuña
florida, loba parida.
El
primer día de mayo, corre el lobo y el venado.
En
enero siete lobos por el sendero.
En
abril, cada loba en el cubil.
Por
Santa Cruz los lobatos ven la luz.
Sobre lobos y mastines
La
amistad del lobo con el mal perro la paga el dueño.
Perro
que a lobos mata, lobos le matan.
Al fin
del año ha corrido más un mastín que un galgo.
Agradecimientos/Documentación:
A
nuestro guía Miguel Ángel Garijo por su conocimiento y su buen humor. Porque
comprende como nadie la necesidad de entendimiento entre distintos grupos de
personas que conviven entorno al lobo. www.aherca.com
A Iker
Jiménez y sus programas por informar, culturizar y dignificar la figura de Félix.
A El
Hombre y La Tierra.
La 2.
La 2.
A las
gentes de Villardeciervos.
A los
guardabosques.
Al
lobo.