Egun on kukuoyentes de esta emisora imaginaria.
Creo que cuando alguien te enseña algo se crea un vínculo con esa persona. Puede ser aquél profesor que supo entretenerte mientras sin darte cuenta te estaba enseñando. Ya que profesores malos hemos tenido todos. Personas que pueden saber mucho pero no tienen ni idea de cómo transmitirlo.
Aquella profesora que conectó contigo para que no hubiera fórmula de química que se te resistiera, por poner un ejemplo. O quizá alguien que te enseñó cómo montar un anzuelo para pescar o a soltarlo cuando se enganchaba en una roca. Un nudo marinero. A nadar, a bucear, a conducir o simplemente a montar en bici (generalmente un ritual que se reserva a un familiar cercano). Alguien que te dio cuatro consejos para escribir...o a expresarte de forma correcta.
He enseñado a varias personas a pillar sus primeras olas. Generalmente amigos y familiares, incluso a mi padre con más de sesenta y cinco años. He participado en algunos proyectos de ayuda y también he dado clases en escuelas profesionales.
A algún alumno me lo he encontrado después por la playa y a otros seguramente no les volveré a ver. Pero es un privilegio ser parte de ello. La alegría y las expectativas que le produce a la gente deslizarse por primera vez sobre una onda de agua utilizando la energía de sus brazos es indescriptible.
Las personas que se dirigen hacia la playa contigo parecen otras cuando salen del agua. Es una especie de transformación. El entusiasmo se refleja en sus cuerpos. Su expresión. La sal les ha contagiado. Han comprendido cómo funciona.
Como monitor, el objetivo principal es, aparte de que se pongan de pie, que disfruten. Hay que evitar los sustos y los malos ratos en las primeras sesiones. El miedo es algo que se cuela por la puerta de atrás y es muy difícil deshacerse de él.
El ejemplo de este verano ha sido Egoitz. Una máquina en la nieve y un Motorhead que se ha acercado a la orilla con curiosidad y muchas ganas. Lo hizo muy bien en su primera clase y me consta que sigue insistiendo sesión tras sesión. Así que ánimo a Egoitz y a todos los principiantes que afrontan su primer invierno de gruesos neoprenos.
Ondo ibili kukureaders!
dilluns, d’octubre 22, 2012
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
1 comentari:
Me alegro de que tambien hayas disfrutado con esa experiencia Jabi.
Yo tambien he tenido el gusto de enseñar a niños a coger olas, y es una de las experiencias mas bonitas que he vivido.
Un abrazo amigo.
Publica un comentari a l'entrada