Este pasado viernes pude escaparme a surfear la última marejada tras una semana sin surfear.
Mucho trabajo y pocas olas habían sido la dominante de esos últimos días.
El viernes soplaba un intenso viento sur y en ese lugar emblemático en la curva de rocas previo a Zumaia rompían olas fuertes.
Mi querida tabla australiana Margarita (6'1) está en el dique seco en reparación, por lo que tuve que entrar con un 5'8 que me ha vendido de segunda mano Miki, una dumpster. Es bastante ancha y me cuesta un poco clavar los cantos porque está diseñada para olas más pequeñas y de playa, pero con unas quillas grandes (7) pude funcionar más o menos bien. Fue una sesión fuerte, con esa intensidad que transmiten las rocas y un buen entrenamiento psicológico para ir entrando ya en los mares de invierno.
Y Carolina me sacó estas preciosas fotos. Ultimamente me gusta sentarme y detenerme al menos cinco minutos a mirar las olas tras las sesiones. Vamos demasiado rápido. Me relaja y me hace valorar la experiencia que acabo de vivir. Darle las gracias a la mar y a cambiarse para no coger frio. Y a trabajar de nuevo pero con ojos nuevos.
Ayer antes del anochecer hubo un baño guerrero y algunas olas bonitas en Gros.
Ondo ibili kukureaders.
2 comentaris:
Me gustan las fotos Jabi, y el agradecimiento a la nauraleza, aveces el subidon del baño, nos aisla un poco del entorno.
La verdad es que ese viernes, fue un gran dia.
Un abrazo y hasta pronto.
Si que lo fue Ramon, un abrazo amigo y como siempre gracias por leer.
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