Egun on kukuoyentes de esta emisora imaginaria.
En uno de los pasados días observando la costa con Julio, casualmente nos encontramos observando Roka Puta desde un punto de vista diferente al habitual, un lugar más discreto que los aparcamientos de siempre.
De pronto, allí, observando a su hijo cámara al cuello, nos encontramos con Kanguro.
En ese rato, charlamos. Hablamos de historias de La Mar. De los tiempos pasados y de Roka Puta en concreto.
En ese mismo escenario él, un buen día estuvo muy cerca de no poder contarlo.
Era un día corriente de tamaño, de 3 o 4 metros. Comió bien en una serie y después la corriente le llevó a un punto más alejado de Orrua y cercano al tunel donde volvió a cobrar lo suyo. Se le rompió el ritmo respiratorio e incluso llegó a vomitar bajo el agua cuando pensó que su vida se le escapaba.
Consiguió salir a la superficie y llegó la calma, la oportunidad. Aprovechó ese momento para subirse a su pintxo y encarar la punta hacia la playa de Santiago junto a la Marisma de Zuloaga. Al salir no se creían que había estado a punto de ahogarse.
Él no entendía como a unos metros sus amigos estaban disfrutando de las olas y él estaba tan cerca de quedarse allí.
Debo indicar para los que no lo sepáis que Kanguro era uno de los surfistas más destacados de la zona, especialmente en olas grandes junto a Ibon Amatriain, buen amigo suyo. Por lo que sabía perfectamente donde se metía y estaba preparado para ello. Es importante indicar esto porque se están viendo muchas imprudencias ultimamente. Por poner un ejemplo un día recientemente en la misma ola: Ibon Amatriain y Axi Muniain en el piko (casi nada); se mete un chaval con su gun y se mete más adentro que ellos dos. ¿En qué estabas pensando? Creo que no hay que añadir más. Respeto y preparación. Y cabeza.
Kanguro continuó sus relatos frente a una reducida pero ojiplática audiencia.
Nos contó como Ibon estuvo cerca de la muerte en Orrua, un día pequeño tras recibir un golpe en la cabeza y quedarse inconsciente. Alguien vio su tabla y se acercó, tiró del invento y allí en el fondo estaba Ibon. Kanguro y él coincidieron en el hospital. Ibon recuperándose de su accidente y Kanguro dando la bienvenida al Planeta Azul a su hijo, hace 20 años. El mismo al que observaba desde un lugar de la costa, tranquilo con sus pensamientos.
Estuve un tiempo pensando en entrevistar a Kanguro. Quizás lo haga algún día. Pero a él no le hace especial gracia y le entiendo.
Porque esas historias y otras muchas más son suyas y quizás prefiera guardarlas como tesoros para él y los que estuvieron allí. Y a nadie más le debe importar un carajo.
Muchas gracias a Kanguro por permitirme publicar este texto.
Que paséis un bonito año lleno de luz y buena onda. Gracias por leer. Ondo ibili kukureaders!
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
5 comentaris:
Gracias a ti por compartirlo.
Gracias a ti por compartirlo.
sabe mucho y presume poco, gran persona dentro y fuera del agua,tuve la suerte de conocerle desde mis inicios surfeando, sin duda un ejemplo a seguir.
creo que no hes consciente, de la forma tan positiva que ha influido sobre muchos de nosotros. Aprovecho para darle las gracias por todo y a ti Jabi por dedicarle una entrada.
Recuerdo como me encontre a ibon hundido sin conocimiento y los ojos al reves!!! Menos mal que todo salio bien.pero por poco!!
Jesús siempre es una alegría comprobar que sigues visitando Kukurustan.
Gracias a tí Ramon por tus consejos y apreciaciones.
Arina power. ¿En serio te lo encontraste tú? ¿Me envías un correo a olatuak@gmail.com? Igual podemos hacer una entrada sobre tu experiencia.
Publica un comentari a l'entrada