Egun on kukuoyentes de esta emisora imaginaria. Desde la revista 3sesenta me pidieron hace unos números que escribiera algunos "consejos" para un surfari de mayo a septiembre. Si bien siempre hay mucho camino que aprender, os dejo algunos que derivaron de mi experiencia en 2011.
No dudéis en aportar los vuestros en los comentarios que pueden ayudar a futuros viajeros surferos. Buen domingo. Ondo ibili kukuoyentes!
Surfari
Por Jabi Iraizoz
La aventura que se vive en solitario es mucho más intensa
que con acompañantes. Un surfari de unos días a Marruecos con amigos es una
fiesta pero lo veo más para surfistas casados y con hijos que se juntan una vez
al año para recordar sus aventuras y ampliarlas de una manera más controlada.
Viajar de mayo a septiembre es una época perfecta para
acudir a algunos destinos del mundo. Lugares donde es invierno y puedes
disfrutar de buenas marejadas y rompientes nuevas para ti, ¿hay algo más
estimulante?
Dos ejemplos en esa época que nos atraen mucho a los
surfistas de aquí por su lejanía y más difícil accesibilidad son Nueva Zelanda
y Polinesia francesa. Nunca hay que descartar Australia e Indonesia pero me voy
a centrar más en los dos primeros.
La tierra de los maoríes está llena de rompientes solitarias
y montañas mágicas de invierno. Tanto la costa este como oeste de la isla norte
está llena de rompientes de alta calidad. Y me consta que la costa sur no se
queda corta. Olas larguísimas, slabs, tubos.
Y ¿quién no ha soñado con surfear en alguna rompiente
recóndita de Polinesia Francesa? Con el magnetismo que produce el color de sus
aguas azul turquesa y la potencia y calidad de sus ondas.
Para mi quiver elegiría dos tablas. Soy un surfista normal,
no profesional, de 1’80m y 75 kg. Llevaría una
primera más pequeñita y redonda como la Dumpster Diver de Al Merrick. En mi
caso 5’8 x 19 x 2 ½.
Esta tabla te permitirá cubrir muchísimos tipos y tamaños de
olas. Aunque es la que uso yo, hoy en día los surfistas nos estamos
beneficiando de una auténtica revolución en los modelos increíbles de tablas que
salen y del abaratamiento de las tablas debido a la mayor competencia entre
multitud de marcas. Esta tabla es algo especial y recomendaría usarla bastante
antes de viajar con ella a olas desconocidas.
La segunda tabla que llevaría sería la Barrell Machine de
Wetsand. Si hay tubos quiero una tabla afilada con cuatro quillas (incluso le
meto la quinta roja pequeñita) para intentar conseguir alguno y no tener malas
pasadas con cantos que no agarran. Para poder seguir una buena línea en la
pared. También con volumen. Para mí 6’0 x 18 ¾ 2 ½.
Para condiciones más sólidas de un día de swell más grande
intentaría localizar una tabla en el lugar de destino.
Si tuviera que elegir una elegiría la primera. Metiendo unas
quillas más grandes puede aguantar también condiciones tuberas y su volumen te
permite entrar a olas de buen tamaño.
En equipamiento extra metería un par de inventos, un pequeño
kit de reparación con celofán, lija y fibra extra y listo.
Creo que un punto clave para disfrutar del viaje es tratar
de aligerar el peso al máximo. Como le escuché decir al gran viajero Kepa Acero
hasta prescindiría de las bolsas con ruedas. Un paquete compacto y protegido
con las dos tablas y una mochila. Quizás otra mochila pequeña si llevas cámara
y un pequeño portátil. Nada más.
En la mochila. Depende si vamos a invierno o verano. Pero
poniéndolo más difícil imaginemos que vamos a estar en Nueva Zelanda en su
invierno y de ahí saltaremos a Tahiti con un clima privilegiado.
En NZ vas a necesitar neopreno de invierno y escarpines.
Puedes meterlo en la funda de las tablas. Aparte, un par de chanclas, un par de
zapatillas, dos pares de calcetines gordos, tres gayumbos, un pantalón vaquero,
tres camisetas, un forro polar, un chubasquero bueno que aguante un chaparrón,
dos bañatas, una bermuda y una licra. Gafas de sol, protección solar si o sí,
repelente potente de mosquitos y un pequeño botiquín con pinzas acabadas en
punta para los erizos, unos puntos de papel, navaja multiusos con tijera,
betadine y un rollo de cinta americana para vendajes o chapuzas varias. Un
rollito de pita para lo que pueda surgir y unas chinchetas.
Unas gafas de bucear y unos cuantos anzuelos. Y bien de
blu-tack para los oídos.
Planificar el viaje es muy motivador. Hacerlo sobre un mapa
y atando bien los cabos es muy importante. Pero siempre deja parte del mismo
abierto para permitir que entre la aventura en tu vida, sino no sucederá.
Puedes atar los grandes vuelos pero en lo que pase entre ellos tiene que haber
improvisación y flexibilidad debido a los partes. Una pista muy interesante: no
dejéis de mirar los “around the world ticket”. Es posible que usándolos os salga todo mucho más
barato que un trayecto directo a Tahiti.
Aunque siempre buscamos el ahorro puede ser interesante gestionar ciertos visados con agencias de viaje de confianza. Te puedes evitar dolores de cabeza y partir con un visado más extenso. Tener a una persona que te eche un cable desde aquí al alcance con un e-mail podría ser un punto de refuerzo interesante.
Aunque siempre buscamos el ahorro puede ser interesante gestionar ciertos visados con agencias de viaje de confianza. Te puedes evitar dolores de cabeza y partir con un visado más extenso. Tener a una persona que te eche un cable desde aquí al alcance con un e-mail podría ser un punto de refuerzo interesante.
Respecto a las líneas aéreas vuestro objetivo principal es
averiguar si cobran o no por las tablas. Igual te sale mejor hacerte con una
tabla en el destino. Contactad con la compañía previamente y el día D ser muy
educados y simpáticos en el mostrador del aeropuerto.
En el caso del surfista viajero en solitario hay que tener en
cuenta que Nueva Zelanda y Polinesia francesa no son países baratos. La
libertad que puedes tener en Indonesia alquilando una moto con racks baratísima
no la vas a tener allí. Tu estrategia tiene que ser unir en el mapa tu
alojamiento con un lugar de múltiples rompientes a las que se pueda acceder a
pié. Si no, estarás atrapado por un lugar en el que verás cómo tus ahorros irán
bajando a gran velocidad.
En Nueva Zelanda hay hostales muy cerca de picos increíbles
en los que puedes trabajar unas horitas a cambio de alojamiento. En Polinesia
Francesa, busca los ferrys baratos, los que usan los polinesios para ir de isla
en isla desde Papeete. Investiga un poco y piérdete bien lejos. Y llegarás a
alojamientos limpios con cocina delante de la que quizá sea la ola de tu vida.
Cuidado en Papeete por la noche, puede ser un lugar
peligroso. Tened en cuenta las horas de llegada de los ferrys. En las islas no
tendrás problemas si tienes que improvisar una cama con tu funda hasta el
amanecer pero en la capital hay que tener más cuidado.
Por lo demás improvisa y utiliza cualquier medio de
transporte que te sirva para acercarte a esa ola y que no te arruine.
Para los viajeros en grupo compartir coche de alquiler o
furgoneta es una gran idea.
Y si además podéis cocinar en ella mucho mejor.
El dinero. Soy partidario de llevar un escondite con
traveller-checks de American Express, aunque ojo, hay países que no los
aceptan. También algunos billetes de euro que no sean demasiado grandes, de 50
por ejemplo. Hay gente que lo mete bajo la plantilla de la zapatilla o en esos
cinturones con una cremallera oculta. Es bueno tener una reserva. Observar el
cambio si sube o baja es también importante y asegurarte de que si te vas a
aislar mucho tener el cash suficiente para pagar imprevistos, motos, barcos,
etc…
Respecto a la alimentación no olvides meterte bien de fruta
cada día e hidratarte. Te mantendrá fuerte y con las defensas más altas.
Alimentación a base de pasta o arroz y cómo no, tienes que pescar. Hazte con
una caña o si te animas, consigue una lanza estilo hawaiiana. Consiste en un
palo de metal con un extremo de cuatro puntas y en el otro una goma elástica
para tensarla y disparar. Tendrás que acercarte bastante a los peces pero no
hay como pescar con hambre. Todo cobra sentido. Estudia bien las especies
porque hay peces venenosos, caza solo lo que vayas a comer, dale una muerte
rápida y da las gracias por ello. Cuando los demás en el hostal se estén
comiendo su lata de atún y aparezcas con un hermoso pescado fresco verás que
caras ponen. Comparte y disfrútalo. Habrás conseguido comer sano y sin emplear
más que tu habilidad. Pescar, o intentarlo,
es una bonita manera de hacer amigos.
Respecto a recomendaciones antes de entrar al agua.
Revisa bien tu material y las condiciones. Cómo vas a entrar
y por dónde vas a salir. Calcula bien el tamaño y pregúntate si estás preparado
para comerte la serie y volver entero. Si no lo ves, no entres. Hay muchos
gallitos que acaban con serias lesiones en el hospital. Sigue los consejos de
la gente local, se extremadamente respetuoso y humilde sobre todo en Polinesia
Francesa. Los locales son duros y con las reglas muy claras.
Los primeros días se el primero en entrar y cuando empiece a llegar la gente márchate. Si te dan la oportunidad de reir tómala y no hagas fotos si no tienes permiso. No muestres excesivo interés en nada en concreto. Si te ceden una ola píllala. Si eres respetuoso y viajas solo con tiempo te irán abriendo las puertas.
Los primeros días se el primero en entrar y cuando empiece a llegar la gente márchate. Si te dan la oportunidad de reir tómala y no hagas fotos si no tienes permiso. No muestres excesivo interés en nada en concreto. Si te ceden una ola píllala. Si eres respetuoso y viajas solo con tiempo te irán abriendo las puertas.
En Nueva Zelanda y Polinesia Francesa también hay tiburones
aunque no se difunda mucho. Es cierto que son escasos los ataques pero no está
de más seguir las recomendaciones generales de estos casos. No surfear antes de
amanecer ni después de la puesta de sol. No llevar objetos brillantes. No
surfear solo. No surfear en días tormentosos o muy nublados o en las
desembocaduras de los ríos después de las lluvias. No surfear si tienes la
regla o una herida sangrante. Y es mejor no orinar en el agua. Luego ya cada uno
sabrá el nivel de riesgo que quiere asumir.
Otro punto a tener en cuenta es que hay rompientes en
algunas islas que están en el reef exterior. Si estás solo y te lleva la
corriente un día grande puede que te veas en dificultades para volver a la
isla. Conocí a un veterano bodysurfer australiano que se vio en esa situación y
tuvo que ser rescatado por un pescador ya en mar abierto.
Por lo demás, si vas a viajar en un surftrip es que estás
muy bien. Significa que tienes salud, tiempo y dinero. Así que no te lo pienses
y aprovecha la oportunidad. Es un verdadero regalo. Suerte!
1 comentari:
La verdad es que el surf y viajar son dos de mis pasiones, que juntas se pueden convertir en algo increíble. Me interesa tu blog, échale un vistazo al mío y no dudes en contactar conmigo si te interesa. unarayaentutabla.blogspot.com
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