dimarts, d’octubre 26, 2010

766 Uluwatura itzuli . Back to Uluwatu. Tornar a Uluwatu. Vuelta a Uluwatu.



Odeiaren bidaia 16. El viaje de Odei 16.

Cada día por la mañana temprano, hacia las 6 o 6 y media de la mañana recorro el caminito solitario que me lleva a uno de los múltiples accesos al acantilado. Esto, cada amanecer, es un regalo para mis sentidos. Ver el océano rompiendo sobre el reef con esa luz. Con la boca abierta. Un regalo que siempre voy a guardar dentro. Después regreso, voy a mirar Uluwatu y vuelvo para desayunar. Con la moto disfruto de cada curva, viendo como Indonesia despierta.

Nunca he sido un gran madrugador, aunque ahora sin saber porqué mi cuerpo se ha adaptado a este ritmo de 6 de la mañana a 6 de la tarde, cuando anochece. De tanto subir y bajar escaleras y caminos, mis piernas se han vuelto a fortalecer, y ayer, volví a Uluwatu.

Si he aprendido algo esque Uluwatu es distinta. Siempre hay olas, aunque apenas las haya en otras playas (si, en Indo también pasa esto a veces). A esta ola hay que entrar fuerte pero nunca perderle el respeto. Hay que ser un gran lector a cada segundo (tiene múltiples secciones), ser paciente (siempre hay mucha gente) y tener valor y prudencia al mismo tiempo, algo nada fácil. Sin duda es la ola donde más puedes aprender. Mucha gente herida y muchas tablas rotas allí, también.

Ayer, 3 horas en el agua, 5 olas. Sin golpes ni lesiones, todo bien.

Escuché hablar una vez a un hombre que decía que los humanos somos seres de costumbres. Que nos adherimos a aquello que mejor conocemos. Eso puede que nos traiga cosas buenas, sensación de seguridad; a veces, no queda otro remedio que seguir una rutina para lograr nuestras metas. Sin embargo, ha llegado la hora de buscar nuevos horizontes y dejar atrás Bali, encontrar otro camino que me lleve a otra ola.

Hasta la próxima kukureaders. Ondo ibili, que vaya bien!