Egun on kukuoyentes de esta emisora imaginaria.
Estos últimos días han sido de quedarse con la boca abierta frente al escenario.
Desde que me mudé con mi familia a Donostia-San Sebastián cuando tenía diez años no recuerdo unos daños tan extendidos y tan duros a lo largo de toda la costa Norte. Nuestros, que son nuestra memoria, no recuerdan algo parecido.
La Mar está muy agresiva. Ha cobrado más que nunca el significado de ser vivo. Nos ha dado una lección en estos días en los que el recuerdo dura tan poco, reclamando su territorio, la línea de costa.
La impresión al recorrer la costa es la de si la hubiera pasado un tsunami. No quiero ni imaginarme que pasaría si así hubiera sido realmente. Como bien recuerda Luis Laria en una entrevista la línea de costa intermareal está habitada por el sesenta y cinco por ciento de la población mundial.
Ayer fui a dar una vuelta con mi amigo Julio por Zarautz y pude ver los daños ocasionados en la línea de playa y el pequeño puerto. Lo que más me impactó fue la desaparición de la duna, que excepto en donde tiene una estructura de hormigón en la base que ha quedado al descubierto, ha desaparecido.
Si bien ha bajado mucho el coeficiente de marea La Mar va a ir subiendo hoy de nuevo con un periodo alto y olas de gran potencia y altura. Ayer, en un rato de tregua vi algunos surfistas buscando tubos. Los surfistas normales estamos teniendo muy pocos días practicables en las playas habituales y los profesionales están teniendo dificultades también. Personalmente un catarro me mantuvo ayer fuera del agua, el único día que veía factible para mí.
La Mar ha vuelto a poner el puño encima de la mesa y ha golpeado con brutalidad en toda la costa cantábrica.
La estimación de presupuesto para las reparaciones en la prensa de hoy es de catorce millones de euros tan solo en Euskal-Herria. En Cantabria solicitaban la declaración de zona catastrófica.
En Asturias el museo del calamar gigante ha quedado arrasado. http://www.cepesma.org/ Devolviendo a su medio original alguno de sus irremplazables ejemplares de catorce metros.
Galicia ha sufrido en primera línea este tren de borrascas que ha provocado cinco alertas rojas en poco más de un mes.
Así pues toca aprender la lección de escuchar a la naturaleza que tan olvidada tenemos y mantenerse a salvo de esta nueva marejada que se nos echa encima en pocas horas. Surfear cuando se pueda y siempre con cabeza. No pasa nada por quedarse en tierra, no hay nada que demostrar.
Ondo ibili kukureaders.
2 comentaris:
"Surfear cuando se pueda y siempre con cabeza. No pasa nada por quedarse en tierra, no hay nada que demostrar."
Después de media vida surfeando esta es la enseñanza más valiosa que he obtenido, eso si, hasta que la cagas no te lo aprendes...
Es una lección que me enseñaron otros que ya la habían aprendido. Ahora nos toca a nosotros pasársela a los que vienen detrás.
Un saludo anónimo y gracias por leer.
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