779 Paripé.

Odeiaren bidaia 29. El viaje de Odei 29.








Egun on kukureaders.

Es extraño tener un ser en tus manos que está diseñado para estar en el agua sin haberla tocado nunca antes.

El sábado me perdí la eclosión de los huevos de tortuga porque Iwan perló y me había dicho que era el domingo. Así, con la esperanza de ver algunas de las rezagadas, ayer me puse a caminar por la playa al atardecer; cámara en mano.

Encontré un rastro de tortuga grande reciente pero sin señales de las pequeñas. De pronto un trípode, una cámara y una presentadora salieron del bosque de manera surrealista. Paripé. Aparecieron también 7 tios con cubos llenos de crías que llevaban un día entero esperando para entrar al agua. La presentadora hace su trabajo, suelta el rollo y las sueltan. Varias están muertas. Las demás, luchan por sobrevivir a la orillera de metro y medio que ayer no había.

Intento averiguar preguntando a un “turtle security” si las mantienen en los cubos por algún motivo. Es inútil. No recibo respuesta. Hablo con la presentadora y curiosamente me responde con sinceridad. Los huéspedes de los establecimientos pagan por ver la demostración 5.000 rupias cada uno (40 centimos aprox). Las tortugas deberían estar en el agua desde la noche anterior. Explotación de la naturaleza, pura y dura. La presentadora hace su trabajo.

Comprendo que Indonesia es un país en vías de desarrollo y que desde nuestra perspectiva europea es muy fácil hablar de protección medioambiental, educación, etc..cuando el plato en la mesa está asegurado. Aquí la naturaleza es objeto de explotación directa. Vender un cocodrilo o guardar las crías de tortuga para que las puedan ver los turistas a una hora cómoda entra en el plan diario de recaudación de la zona.

Pero, si hay presión internacional y/o gubernamental para proteger las tortugas, ¿porqué se permite este tipo de comportamiento? Parece ser que no es suficiente.

Esto es una denuncia. No se está haciendo bien.