divendres, de juliol 26, 2013

1.179 Gallo. Elkarrizketa. Entrevista. Interview.

Egun on kukuoyentes de esta emisora imaginaria. Aitor Francesena, Gallo, desafortunadamente sigue sin recuperar la visión. Sin embargo está dando más caña que nunca, tanto surfeando en el agua como fuera de ella, algo que me parece como mínimo, digno de admiración. Pero él es así, y no hay otro igual, por eso nos sorprende ocasión tras ocasión. Dentro de poco dará que hablar por otro motivo que tendréis que esperar un poquito más a conocerlo. Permaneced a la escucha. 

De momento os dejo con la entrevista que tuve la oportunidad de hacerle para la revista 3sesenta. 



Ondo ibili kukureaders!

















Gallo, por Jabi Iraizoz.

A finales de abril me encontré con Gallo aparcado en el borde de la carretera de la costa junto a una ola. Estaba con Nacho Sanchís, un chaval de veinte años de levante al que entrena. Nos saludamos, miramos las condiciones y me fui a cambiar junto al coche. De pronto le vi acercándose hacia mí con zancadas grandes y decididas.

- Movida. ¡Movida gorda!
- ¿Qué pasa Gallo?
- Que el chaval este está atontado ¡y se ha dejado las llaves dentro!

Me pidió si les podía acercar a Zarautz. Nacho tenía su tabla y traje fuera del coche y decidimos pegarnos la sesión. Después del baño les acercaría al pueblo.

Desde lejos le veía haciendo aspavientos. Les adelanté en la bajada hacia la ola y la bronca que le estaba cayendo a Nacho creo que no se le va a olvidar en la vida, era olímpica.

En el trayecto de vuelta le cayeron unas cuantas vaciladas más, diciéndole que su entrenamiento iba a ser peor que la mili, que Gallo le iba a hacer un hombre, etc.. Nos reímos mucho, incluido Nacho.

Gallo me preguntó por mi viaje y le conté mi experiencia en Polinesia Francesa. Me había dado valiosos consejos antes de marchar un año alrededor del mundo. También sobre alguna de nuestras olas a la vuelta.

Me volvió a ofrecer trabajo en su escuela de surf (www.laescueladelsurf.com). Acepté con mucho gusto. Tanto él como Patxi son grandes profesionales.

Así es Gallo. Surf, técnica, perseverancia, humor y generosidad. Entrenador de Aritz Aranburu y seleccionador de la FES (Federación Española de Surf). Una pieza muy importante en la comunidad surfera y en la vida de muchas personas.

Unos días después de su accidente, me encargan que escriba este artículo sobre él. Entrevisto a dos de las personas que mejor le conocen. Patxi y Aritz.  Realizarlo ha sido una de las experiencias más intensas de mi vida.

Al cierre del mismo hay algunas esperanzas de que pueda recuperar la vista. Esperemos que así sea.



Patxi, (amigo y socio) sobre Gallo:

La cabeza más dura de toda Euskal-Herria. Así. Habrá alguna cabeza dura por Kortezubi o por ahí pero este es de traca. Lo que quiere lo va a sacar como sea. Va a dar todo por lo que quiere. No lo puedes descarrilar de su camino. Es imposible. Además tiene bastante buena psicología. Pilla rápido cómo es cada uno. Tiene mucho feeling.

Si recupera la mínima parte de visión no me cabe la menor duda de que este tío va a entrar al agua si o sí. Y si desgraciadamente las cosas van mal, también entrará al agua. Ya haremos algo, ya haremos algo. Seguro. Además lo hemos estado comentando. Ya nos buscaremos la vida. Además tengo entendido que hay un brasileño que es invidente y ha surfeado en Pipeline, Derek Rabelo.  

Yo creo que hay un rastro de arena que sube desde abajo del hospital hasta la habitación de toda la banda que va apareciendo en bañata y chancletas. Mucha pero que mucha gente. Está eternamente agradecido a todos los que han ido a verle, a los que le están escribiendo y llamando por teléfono; hay momentos que está con dos teléfonos a la vez.. es algo continuo.




Aritz Aranburu (su pupilo, surfista profesional) sobre Gallo.

Cuando probé el surf de pequeño en su escuela me enganché directamente. Gallo como persona es un tío que tiene sus ideas muy claras. Toda su vida ha aprendido a sacarse las castañas del fuego por él mismo. Cualquier cosa que se le mete en la cabeza la tiene que cumplir.

Las cosas que ha llegado a hacer de la manera en que ha estado es algo increíble. Se ha construido hasta su propia casa;  conmigo ha hecho todo lo que ha podido y más. Es para escribir un libro.

Estar a su lado durante tanto tiempo me ha hecho ser muy fuerte. Al margen de su disciplina es un cachondeo, le encanta echarse sus risas. Tenemos vicios comunes como la comida. Alguna vez nos fuimos a entrenar con la tripa llena porque le había convencido para comernos un bocata de chorizo de Pamplona.

Gallo estaba en Tahiti cuando logré el 3er puesto y eliminé a Kelly Slater. Fue muy guapo, un sueño cumplido. Tener a alguien tan cercano lejos de casa es una gozada. Y sirvió. Es un motivador nato. Gallo representa que querer es poder.

Debería haber más gente así para sacar adelante la cantera. Es un referente. Mi mensaje para él es que siempre esté con ganas de seguir adelante. Que siempre voy a estar a su lado como siempre ha estado él al mío. Él como entrenador de lujo y yo como pupilo. Es algo que voy a necesitar toda mi vida, tenerle a mi lado.





GALLO, habitación 325.

(Suena música de fondo en un móvil).

Ponlo en la entrevista, que estoy aquí en la habitación con unos coleguitas de catorce años que son la bomba,  que no piensan más que en bailar, pasear y en disfrutar de la vida, ¿si o no Mario? Claro que sí, con dos cojones.

Gallo, ¿cuándo empezaste a surfear?

Empecé a surfear tarde, más tarde de lo que nos gustaría, con 13 años. En Zarautz, con tablas muy viejas, Itxas-tresna y pidiendo a la gente que nos las dejaran.

En Zarautz había dos niveles de vida. La gente pudiente y la menos pudiente. Y nosotros éramos de una familia no pudiente y entonces veíamos que la gente que hacía surf eran los ricos. Entonces los mirábamos como mira que suerte, tiene una tabla de surf.

Como nosotros no llegábamos a ese nivel, teníamos todos patinetes; Los surfistas para nosotros eran como extraterrestres.

¿Como semidioses?

Como dioses. Como yo era amigo de Kangurito pues poco a poco conseguimos que nos fueran dejando entrar en esa piña. Si en todo el verano te dejaban tres veces la tabla de surf te llamaban gorrón diez veces pero era como si ahora te dejan un Ferrari. Era algo que no se puede explicar con palabras.

Tú ya no flipabas de lo que hacías ese día con la tabla sino de ir desde el malecón hasta la orilla y que todo el mundo te viese con la tabla de surf debajo del brazo. Eso era lo más flipante. Un día le vi a Ibon Amatriain..

¿Cómo os conocisteis?

Le conocí mucho más tarde (emocionado). La primera vez que le vi era en el canal. Llevaba una Mike Tabelin con una funda de superman superguapa y le dije a Kangurito:

-¿Quién es este tío? 
- Ese es Ibontxo.
-¿Ibontxo?
-Le llaman musculitos.
-Musculitos..

Y se quedó en eso. No le volví a ver más. Años después estaba patinando en mi barrio, en Vista Alegre y aparecen –para mí fue la bomba- tres tíos subidos en un vespino.  Eran Ramiro, Ibontxo y Borja Gómez Olea. Los tres con unos patinetes traídos de Estados Unidos increíbles debajo del brazo.. para mí fue como ver una nave espacial.

Yo tenía un patinete Sancheski Top pequeñito como las réplicas que han sacado ahora. Me lo regalaron con seis años. Y me quedé ahí en la esquina, flipando en la acera de como patinaban. Ellos ni me saludan, flipo viéndoles patinar. y de repente Borja, el mayor de los tres me pregunta:

-¿Quieres probar el patín? Y yo eeh, ¡me ha dejado el patín!

Me monté y fue como si yo hubiese ido en una txalupa y ellos iban en un transatlántico. Una gozada.

De repente el mayor me dijo:

-Oye, tú tienes futuro.

A veces me recuerda Ibontxo de risas que Borja fue el primero que me fichó.

Siempre he querido surfear. Podía ver surfear horas y horas de lo bonito, lo increíble y lo emocionante que era verles en la ola, la velocidad..

La primera tabla de surf la hice con los Troitiño. De ellos Javi era muy manitas y empezaron a fabricar ellos las primeras tablas que pesaban 13 o 16 kilos.

Como solo veía de un ojo, tenía terminantemente prohibido por mis padres hacer surf. A escondidas empecé a montar bisagras de armarios en el garaje de un amigo. Por cada cinco me daban una peseta. Ahorré y me compré el primer foam, los primeros metros de fibra y resina. Así hice mi primera tabla de surf. Y no sólo la primera, hasta la cuarta.

¿Qué te lleva a convertirte en entrenador de surf?

Con Mikel Troitiño en Zarautz en el 90 abrimos la primera escuela de surf del país. Durante muchos años trabajábamos sólo en verano. Un día el padre de Hodei Collazo nos lanzó la sugerencia de seguir en invierno con los que enseñábamos en verano. En aquella época estaba en mis últimos años de competición y empezaba a tener problemas con la vista. Comencé a entrenarles.

Y así también fui comiéndome la cabeza, porque me gusta mucho hacerlo. Busqué la forma de aportarles algo y tener un objetivo final. Y el objetivo final era el CT.

Entonces yo decía: primero tienes que ser el mejor de tu casa, luego el mejor del país, el mejor de Europa, el mejor del QS y el mejor del CT.

Dividí el año en temporadas, invierno y verano. En los días cortos metí físico, de esa manera si trabajábamos bien el físico con una pretemporada, con una buena resistencia y un poco de fuerza, cuando llega la primavera un chaval bien entrenado puede estar seis horas en el agua.

Y vi que iba funcionando. Estudié Preparador Físico en Pamplona. Creé mi propia estructura.

Lo más importante es buscar la persona que se acople a ese método y que no tire la toalla en ningún momento.

Tácticamente es A, B y C según las condiciones del mar, roca o arena, etc..

No hay más secreto.

Hubo un momento en el que tenía mucha gente entrenando. De no ser nada empezaron a ser algo y me empezaron a faltar al respeto. Pero esa es otra historia.

Puse las cartas encima de la mesa. Las cartas para llegar al CT. Hubo gente que se asustó porque eran jevis, hubo gente que no quería ser profesional del surfing. Aritz se quedó. Él creyó en esas cartas.

¿Cómo conociste a Aritz?

Comenzó a hacer surf con nosotros en la escuela, con Mikel Troitiño y yo. Tenía siete años. Le enseñamos las pocas cosas que le podíamos enseñar sobre la tabla de surf y lo dejamos ahí.

Entonces cada verano venía y nos dejaba la tabla allí, venía, surfeaba, se iba, nos comía la oreja (risas).

Cuando decidió quedarse a entrenar conmigo yo le dije: -En diez años CT. Yo creo que hasta los dos últimos años no creyó en lo que le decía. Eso sí, si creía en lo que veía. Todo el camino se iba cumpliendo en relación a lo que yo había dicho. Cada momento con sus historias y su sufrimiento correspondiente.

Me imagino que la disciplina sería dura..

Muy dura. Yo he flipado con Aritz. De estar estudiando, ir a clase cuatro horas, ir a Mundaka; estar seis horas en el agua, llegar a Zarautz y saber que tenía tres horas de entrenamiento físico. Coger y ni mú. Decirle: -Aritz tranquilo que esto traerá sus frutos. Y el tío sin problemas. Pa dentro.

Y el día que consiguió entrar en el CT, dije que si alguien se lo merecía era Aritz. Yo le he visto sufrir como un campeón. No sufrir de decirme que estaba sufriendo, sino sufrir de que eso es incomible. Ni triatletas entrenan así.

Oye Gallo. ¿Cómo fue cuando entró en el CT?

(Se queda pensativo) Buah. Llegar ahí fue muy bonito.

Incluso en la trayectoria Ibontxo me decía ante cada objetivo: -Gallo, eso es imposible. Y llegábamos. Ibon me felicitaba: -Cebao Gallo. Iba a por el siguiente e Ibon me decía, ya sabes cómo es él: -Me jode decírtelo Gallo, pero es que no se puede. Y lo conseguimos. Al loro.

Has tenido un apoyo brutal y mogollón de visitas desde el accidente. ¿Qué te pasó?

Tenía un entrenamiento en marea baja donde quería ver a los chavales en olas con mucha curva. Después decidí darme un baño. Era un cerrote. En una ola me puse de pié y no se que pasó, si clavé el canto o qué pero me caí de arriba abajo y noté un golpe increíble en toda la cara. Me pilló con el ojo abierto mirando al agua.

Y pensé, ya está. Se ha acabado. No me he dado un golpe tan fuerte en mi vida. Abrí el ojo y vi todo negro. Me tumbé encima de la tabla y pedí ayuda. Vinieron dos tíos y me ayudaron a salir.

La sensación fue muy jevi. Todo negro. Que es una de las cosas a las que siempre he tenido miedo. A ver negro. Iba sobre la tabla saliendo notando lo perdido que estás estando ciego. Hasta que notaba la espuma estaba totalmente descolocado. Ambulancia, en ese mismo día me operaron y cuando salí de la operación me dijeron que no había nada que hacer.

Estoy un poco flipado conmigo mismo porque es una sensación que no la entiendo. Pero la llevo bien.

Es como si estuviera en una cápsula pero estoy a gusto. Como si tuviera un descanso.  Año y medio atrás estuve super mal y cuando estaba mal sí que era duro porque
intentaba estar a la altura de todas las situaciones.

Al levantarme estaba sentado un minuto en la esquina pensando: -a ver que me pasa hoy, a ver si no me pilla un coche, o me caigo, y a ver si llego a todo en el horario y pasando lo más desapercibido posible. Eso si que era duro.

Ahora llega esto e igual he sufrido tanto, tanto; tenía tanto miedo a esto, que ahora ha llegado y más bajo no se puede. Que todo lo que venga, venga y si no viene, así me quedo. Yo así, tiro para adelante. Por todo lo que la gente me está transmitiendo.

Desde mi hija, que por ella sola ya tengo que tirar adelante si o si. Y por toda la gente, que tengo unos amigos que son increíbles y me lo han demostrado día a día.

Antes de empezar la entrevista me has comentado que has hablado con deportistas invidentes..

Si y me han ayudado mucho, mucho. El mero hecho de cómo te hablan y qué cosas te dicen es increíble. Te dicen que ellos no envidian a la gente que ve, que sienten cosas que la gente que ve no las siente, van demasiado rápido en el día a día.

Hay gente que igual piensa que te arriesgabas al surfear, pero, como surfista ¿el compromiso con la mar es ineludible?

Dentro de dos meses iba a tener un transplante de córnea. Si entonces me hubiera quedado ciego creo habría sido bastante más jevi. Tanto para el doctor Javier Mendicute, que siempre lo ha dado todo para que yo esté bien y vea, como para mí. Me ha pasado haciendo lo que más me gusta. Me podría haber pasado dándome un golpe cualquiera. 

Y ahora qué ideas tienes. ¿Cuál es la estrategia a seguir?

De primeras, esperar a que me operen y según lo que vean tocarán. Si veo, olé. Si no veo ponerme en contacto con la ONCE, prepararme al máximo con iphone o tablets porque dicen que ayuda mucho.

Luego comprar un perrito guay que sea mi guía, mi referente y el que me lleve a todos los sitios. Porque está claro que quieto no voy a estar. Y tirar la toalla es lo último que voy a hacer.

Pase lo que pase, te vamos a ver en el agua.

Eso me da miedo. Si. Porque las sensaciones que voy a notar en el agua no van a ser las que yo quiero ¿sabes? Tiempo al tiempo.

Seguro que ya tienes ideas para abrir caminos inexplorados, estrategias para trabajar que estoy convencido que te vas a inventar. ¿Nos puedes contar alguna de ellas?

He hablado con Ibon más de una vez estos días desde que me ha pasado esto. Tengo una idea pero hay que ver si es factible. Somos amigos desde hace muchos años y nos entendemos muy bien. Con su ayuda creo que podré seguir trabajando.

Estoy seguro de que nos vas a sorprender como siempre haces. No vas a dejar a nadie hablando, todos con la boca callada (risas). ¿Quieres mandar un mensaje a la comunidad surfera?

(Sonríe) Surfear es lo más grande que hay en esta vida, a parte de otras cosas guapas. Nos encontraremos por ahí, en alguna playa.

Eskerrik asko Gallo, ánimo!

Grácias a ti. Un abrazo!

Nota: Un gran agradecimiento a los dos chavales que me sacaron del agua, a la gente de la ambulancia y al personal de urgencias y del hospital.

1 comentari:

Ramon ha dit...

Interesante entrevista Jabi.
Aitor es un luchador, alguna vez he tenido la oprtunidad de hacerle de lazarillo en el agua y es algo que agradecio mucho, animo a su entorno mas proximo, a que le metan al agua todo lo que puedan.
¿Que tal va tu brazo Jabi?
Un abrazo lagun.