divendres, d’octubre 28, 2011

935 Mmmm.



Egun on kukuoyentes de esta emisora imaginaria. Llegué a casa hace un mes y me sentí casi como un salvaje llegando a la ciudad. Asilvestrado. Se me olvidaba que había que llevar llaves en los bolsillos. Se me olvidaba el código pin del teléfono nuevo, se me bloqueó..Iba con una gran sonrisa a la playa con la tabla cruzada al hombro con el invento, pedaleando. Muy feliz por haber vuelto de una pieza y muy contento por todo lo vivido.

Nuestras olas me recibieron muy bien, con buenas sesiones en algunos de mis lugares favoritos. Ver las caras de mis compañeros en el agua. Compartir con ellos la felicidad de surcar aquellas olas. Me hace muy feliz entrar en el agua. Y observé. Nos observé. Llevamos muchos coches arriba y abajo pero vamos solos. Que curioso. También coleccionamos muchas cosas que no necesitamos. He pasado un año con el mismo pantalón, las mismas zapatillas, un par de sandalias, un bañador, un jersey y poco más. Y mientras la ropa esté limpia y lleves puesta una sonrisa la moda, sinceramente no importa demasiado.

La gente sigue preocupada con la economía. Sonreimos poco. No nos fiamos mucho de los demás. El autostop, algo tan común y una manera tan buena de compartir la energía de un vehículo en los lugares que he visitado y una gran forma de conocer gente nueva, se ve como algo muy peligroso. Nadie para. Igual es que vivimos demasiada gente juntos. ¿Demasiada densidad de población para pocas olas, pocas casas, pocos trabajos? No nos fiamos, no nos conocemos. Competimos. Mmmmm, mucho que pensar. Mucho que pensar.

He visto más gente en el agua que hace un año. ¿Es así? He buceado buscando peces y he visto pocos. Nos veo con una gran falta de equilibrio. Y tenemos mucho trabajo que hacer. Pero ese trabajo tiene que salir entre todos. ¿Hacia dónde vamos? Ahora es difícil saberlo, pero quizás esta crisis es una buena oportunidad para replantear todos los esquemas. Económicos y medioambientales.

A veces un buen tortazo te hace ver las cosas con más claridad y decir: -claaaro, pero cómo no me había dado cuenta?  Tenemos la casa llena de mierda. La mar, fuerte y fiera, sin embargo está temblando ante nuestras actuaciones. No le queda demasiada fuerza ya, no tanta como pensamos. Si algo he aprendido en este añito de viaje es a simplificar mi vida. Cuanto más sencilla, mejor funciona. Usar tus piernas para ir despacio, ser parte de tu comunidad, usar la tolerancia, cuidar tu mar, cuidar tu casa, limpita. Y mejorar y trabajar. Mucho por hacer dentro de mí, de ti. Todos estamos conectados, aunque nos creamos seres individuales. Todos estamos conectados.

La presión alrededor es grande. Pero nosotros podemos ser más fuertes. Resistid y sonreid hoy un poco más. Que eso es gratis. Puedes cambiar tu entorno.

Por si os sirve de algo, aquí os dejo esta reflexión de un marciano aterrizando es su propia casa. Ondo ibili kukureaders.




dilluns, d’octubre 17, 2011

934 To come back. Itzuli. Tornar. Volver.

The journey of Odei. Odeiaren bidaia 183. El viatge de Odei. El viaje de Odei 183.


Photo: Teahupoo.

Euskararen itzulpena: Iñigo Daguerresar.

Egun on (Good morning in basque language) kukulisteners of this imaginary radio. I am already home. Depending on how you look at it (and now I am more conscious of it) I never left it, because this small blue planet we live on, is our home. Locally, we must protect it and take care of our small communities without loosing the global picture. Till here arrives this great adventure of Odei (cloud in basque language). But the journey of life continues. And I am sure, new adventures will come.

Above all, I feel gratitude. To all of you I met on the way and in the water. To all that people who shared, helped, welcomed and taught even unconsciounly. For all the challenges destiny sent me. For the waves. For everything I never imagined and happened in front of my eyes. And in the depth inside me. To the Indonesian, Australian, Newzealand and people and to the hundreds of travelers I met. To all the people who pushed me to take that first step and to the ones who have been supporting me from the distance. And to the ones that have hugged me, fisically, mentally or virtually on my return. For that big welcome that you are still giving me and shows how big you are.

To the animals and their constant presence. Turtles, snakes, fish, eels, dolphins, sharks and whales; the eagles, kangaroos, crows and falcons..the teaching of wild nature. For allowing me to connect with her in such a direct way.

Thank you.



Egun on KUKUentzule irudizko berri emaile honen entzule zaretenoi., dagoeneko etxean nago, ala ez, ( eta orain aldiz, geroz eta argiago daukat, jakitunago naiz ) ez naizela etxetik inoiz atera. Planeta urdin txiki honetan bizi garen guztion etxea da.
Babestu beharra daukagu, bai local moduan, nahiz globalki, ikuspegia galdu gabe
Odeiren abentura honaino iritsi da, baina, era batean, bizi - moduaren bidaia jarraitzen du. Eta ziur nago, abentura berri gehiago izango ditugula.

Lehenik eta bein, esker honak adierazi. Bidean aurkitu zaituztenoi, uretan, nerekin egondu zaretenoi, lagundu, banatu, harrera, jaso eta erakutsi didazutenoi
Bizitzak bidali dizkidan Erronka guztiengatik, olatu guztiengatik, inoiz iruditu ez ditudan eta begi aurrean sortu diren gauzengatik, nere oso barruan, nere Sakontasunean aurkitzen dira.

Indonesiako Australiar, Neozelandar eta Polinesiako herritar - biztanle guztioi, eta ezagutu ditudan ehundaka bidaiariei, bidai hau egiteko Bultzada heman zidatenoi, lehen pausu hori, eta urrutitik babesa heman didazutenoi , besarkatu , bai física nahiz metalki edo birtualki Arrera berezi honegatik, erakutsi, azaldu egiten dit nola zareten.

Animalien etengabeko presentzi – agerpenengatik, bai dortokei, suge, arrai, morenak, izurde, marrazo, eta baleei, angila, kanguru, erroi, eta belatzei, naturaren erakusle – ikasle uzten .izateagatik, eta naturarekin konektatzen, Baimendu, onartzen, uzteagatik

Mila esker.



Egun on kukuoyentes d'aquesta emissora imaginària. Ja estic a casa. Segons es miri (i ara sóc molt més conscient d'això), mai vaig sortir d'ella, perquè aquest petit planeta blau que habitem, és la nostra llar. Hem de protegir-ho localment i cuidar de les nostres petites comunitats però sense perdre la foto global. Fins a aquí arriba aquesta gran aventura del viatge de Odei. Però el viatge de la vida continua. I estic convençut, vindran noves aventures.

Abans de res sento gratitud. A tots vosaltres que us he conegut en el camí i en l'aigua. A tota aquesta gent que va compartir, va ajudar, va acollir i em va ensenyar encara que fos inconscientment. Per tots els reptes que m'ha llançat la destinació. Per les ones. Pel que mai vaig imaginar i va succeir davant els meus ulls. I molt dins de mi, en la meva profunditat. Al poble indonesi, australià, neozelandès i polinesi i als centenars de viatgers que he conegut. A tots els que em van empènyer a donar aquest primer pas i als quals han estat recolzant-me des de la distància. I als quals m'heu abraçat, física, mental o virtualment al meu retorn. Per aquesta gran benvinguda que encara m'esteu donant i mostra el grans que sou.

Als animals i la seva presència constant. Les tortugues, serps, peixos, brunes, dofins, taurons i balenes; les àguiles, cangurs, corbs i falcons..els ensenyaments de la naturalesa salvatge. Per permetre'm connectar amb ella de forma directa.

Gràcies.



Egun on kukuoyentes de esta emisora imaginaria. Ya estoy en casa. Según se mire (y ahora soy mucho más consciente de ello) , nunca salí de ella, porque este pequeño planeta azul que habitamos, es nuestro hogar. Debemos protegerlo localmente y cuidar de nuestras pequeñas comunidades pero sin perder la foto global. Hasta aquí llega esta gran aventura del viaje de Odei. Pero el viaje de la vida continúa. Y estoy convencido, vendrán nuevas aventuras.

Ante todo siento gratitud. A todos vosotros que os he conocido en el camino y en el agua. A toda esa gente que compartió, ayudó, acogió y me enseñó aunque fuera inconscientemente. Por todos los retos que me ha lanzado el destino. Por las olas. Por lo que nunca imaginé y sucedió ante mis ojos. Y muy dentro de mí, en mi profundidad. Al pueblo indonesio, australiano, neozelandés y polinesio y a los cientos de viajeros que he conocido. A todos los que me empujaron a dar ese primer paso y a los que han estado apoyándome desde la distancia. Y a los que me habéis abrazado, física, mental o virtualmente a mi regreso. Por esa gran bienvenida que aún me estáis dando y muestra lo grandes que sois.

A los animales y su presencia constante. Las tortugas, serpientes, peces, morenas, delfines, tiburones y ballenas; las águilas, canguros, cuervos y halcones..las enseñanzas de la naturaleza salvaje. Por permitirme conectar con ella de forma directa.

Grácias.

dissabte, d’octubre 15, 2011

933 ESTRENO "COME HELL OR HIGH WATER"




Egun on kukuoyentes de esta emisora imaginaria. Los amigos de Patagonia Donostia nos envían esta invitación. Plan guapo para el miércoles, 19 de octubre a las 20:00 en su tienda en Sagües. Ondo segi kukureaders!


Woodshed Films, Patagonia, y Nixon se complacen al anunciar la gira
mundial del primer proyecto cinematográfico del embajador de Patagonia, Keith Malloy, ‘Come Hell or High Water’.
La película explora la historia y progresión del deporte del bodysurfing, y la pureza que conlleva surfear una ola. Filmada principalmente en 16mm, es una película que ofrece una visión particular de la cultura, la belleza y la simplicidad del deporte, captando las historias y los lugares de los que pertenecen a esta comunidad.

Disfruta de esta película en Patagonia rodeado de amigos, birras y Keith Malloy y participa en el sorteo de un "handplane" !!

diumenge, d’octubre 09, 2011

932 Un año al ritmo de las olas IV.

Odeiaren bidaia 182. El viaje de Odei 182.

Texto y fotografía publicadas en la revista 3sesenta.





He aha te mea nui?
He tangata, he tangata, he tangata.


Qué es lo más importante del mundo?
Es la gente, la gente, la gente.

(Maori, a photographic and social history. Michael King).


6:22 pm o 18:22. 7 meses y 13 días de viaje. Últimos días en Australia.

Ha caído la noche. Estoy sentado en la silla de la recepción del backpackers. Tengo cero registros para esta noche y dudo que suene el teléfono. El invierno se acerca y apenas hay huéspedes. Mis días en Margaret River se agotan. El visado que ya extendí se termina a finales de mes. Para el día de mi cumpleaños me he regalado Nueva Zelanda. Es mi próximo destino.

Apenas una semana después de llegar a este enorme país me subí al autobús que iba de Perth a Margaret River. Las tablas en el maletero. Conocí a dos personas, dos mujeres. La primera se sentó junto a mi en la primera parte del trayecto. Era una señora muy amable y entablamos una conversación más bien superficial. Pusieron una peli y al terminar la misma me preguntó si había visto 2012. Hice memoria y recordaba haberla visto en Indonesia..

- Y, ¿qué te pareció?
- Mmm, pues no se, demasiados efectos especiales para mi gusto.
- Aha. Si, pero ¿que me dices del mensaje?
- ¿Mensaje?
- Si, sabes?, yo creo que lo que dicen es cierto.
- (me quedé bloqueado por un momento) ¿Qué? ¿Que el mundo se va a acabar en 2012?
- Si.
- Aaaaah. Ok. Muy bien.

Insistió en tener mi e-mail para enviarme nosequé. Le di uno antiguo que solo uso para correo chatarra simplemente por curiosidad de saber que demonios me iba a mandar. Corté el rollo rápido y me puse la música en el ipod. Tuvimos que cambiar de autobús y ella se quedó allí. Le vi dando la chapa a algunas chicas adolescentes que pasaron de ella. Nunca llegó nada a mi mail. Alguien intentó agregarme al chat del mismo y sospecho que era ella pero ahí corté. Supongo que sería de algún tipo de secta del fin del mundo o algo así. Espero que no tenga razón, aún tengo muuuuchas olas que surfear y quién sabe, algún día formar una familia. Y queda demasiado poco para el 2012!

En el segundo trayecto me tocó a otra señora a mi lado. Una mujer encantadora llamada Elisabeth. Era bastante mayor pero completamente lúcida. Y seguro que en sus años jóvenes habría tenido a un montón de tios detrás. De pelo oscuro, ojos expresivos, entablamos conversación. Le dije que era surfista y me dijo que ella escribió durante un tiempo para una revista local hacía más de 30 años y que hizo entrevistas a varios surfers en aquella época. Prometió enviarmelas pero dijo que tardaría bastante. Me dio la bienvenida al pueblo, me deseó buena suerte, le di las gracias y nos despedimos en la pequeña parada del autobús.

Y allí estaba yo. Con mi mochila a la espalda, una bolsa con la cámara en el pecho y el bolsón con las dos tablas al hombro. No tenía ni idea de todo lo que me iba a suceder. Me arrastré hasta el primer backpackers que me alojó por una semana.

Y como dice el dicho maorí que encabeza este artículo, a la par de las increíbles olas y paisajes que te iluminan los ojos que estoy conociendo, lo más importante es la gente. Te expones a conocer a tantas personas diferentes en una experiencia vital como esta que tus intercambios sociales son constantes.

Observar como se prepara una tortilla japonesa, conversar con un corso que salió de su isla para conocer el mundo, hablar con una sencilla ama de casa irlandesa que pasó la época más dura del conflicto en Belfast. Aprender a preparar un mate en condiciones. Descubrir que no todos los israelíes desean la muerte de los palestinos. Que te honren con el saludo maorí juntando las narices e inspirando. Escuchar de boca de los aborígenes sus planes para sobrevivir en el país que les arrancaron de las manos. Hablar de la segunda guerra mundial con los jóvenes alemanes.

Holanda, Suecia, Suiza, Uruguay, Argentina, Italia, Francia, Austria, Marruecos, Canadá, Escocia, Inglaterra, U.S.A y un largo etc frente a un viejo atlas...Y explicar con sencillez que vienes de un pequeño territorio llamado País Vasco situado entre Francia y España.

Y te sorprendes de que muchos lo conocen. Y coincidir en que la violencia no es buena, que las cosas se arreglan si dos quieren sentarse y hablar. Que mejor sumar y no restar. Que lo que hay que pelear es contra las injusticias, vengan de donde vengan, incluso si vienen de “los tuyos”. Y surfear, gastar la rabia en un giro, no tirando de un gatillo.

Habiendo estado la mayoría del tiempo en el mismo sitio me ha permitido gastar menos dinero, ahorrar y conocer mejor a las personas. Además he trabajado duro. Vendí algunas fotos. Diseñé la identidad visual para el negocio de una norteamericana. Encontré trabajo en días sueltos en la construcción. Mis manos se encallecieron rápido. Dos veces estuve a punto de sufrir un serio accidente laboral. Con los dolares que saqué sudando en la obra pude pagar mi tabla mágica, que ha resultado ser la mejor tabla que he tenido nunca, shapeada por Tom Hoye. The Magic Bullet! (la bala mágica!).

Teniendo alojamiento gratis a cambio de trabajo, amigos y tantas olas tan buenas tan cerca con relativamente poca gente (una de las mecas del surf a nivel mundial) me hacía preguntarme -¿para que moverme? Realmente estos meses aquí han empujado mi surf hacia arriba. Me han puesto a prueba y he mejorado. A la vez que he subido mi nivel, he comido más. Tiene lógica. Cuanto más arriesgas.. He estado sentado en el fondo, en el reef varias veces, muy profundo, arranqué una quilla con el brazo en un wipe-out salvaje intentando bajar una bomba en The Womb; he asegurado mi confianza en olas grandes y he disfrutado cortando las olas de los diferentes picos.

Sin embargo cuando un colega me preguntó si quería acompañarle en un surfari en su 4x4 siguiendo la costa hasta Esperance durante dos semanas no lo dudé. Tienda de campaña, cañas de pescar y tablas de surf. Iba a vender el todoterreno y quería darle una buena despedida. Nos pusimos en marcha y descubrimos paisajes que nos dejaron con la boca abierta.

Extractos del diario:

20-04-11. Dead Whale Camp (Campamento de la ballena muerta). A muchos kilómetros y obstáculos de la civilización. Freddie’s Bay.

“…he salido de la tienda a las 7 de la mañana para observar la mar. La gran marejada que ha llegado durante la noche nos ha impedido surfear. Hemos caminado unos 7 km explorando por las calas en busca de una ola más resguardada. Nada. El hueso de ballena de 7 metros de largo que encontramos ayer estaba desaparecido, posiblemente enterrado bajo la arena. Hemos visto salmones tratando de descansar de las enormes olas pero no llevábamos las cañas. Tubos de 4 metros en un mar de crestas imposibles”.

“(por la noche a la luz de la linterna)..finalmente hemos ido a pescar y he pillado mi primer salmón. No era muy grande pero he hecho un fuego entre las rocas y nos lo hemos comido ahumado. Un aperitivo muy sabroso..”.

21-04-11.

“..lo que por la mañana nos han parecido dos rocas eran dos trozos enormes de la ballena. Apestaba. Más tarde nos hemos animado y hemos entrado a pelo. Ha salido el sol. El paisaje con la luz en el agua era un trozo de paraíso. La ola no era perfecta, pero estabamos solos y te dejaba meter unos giros. Ver una ola desierta y surfearla sin haber visto nunca un surfer allí es una sensación indescriptible, porque no tienes ni la menor pista de cómo va a ser, todo es nuevo..”

23-04-11.

“..Baño de más de 2 horas en Nanarup. Lo necesitaba. Olas no muy buenas pero buen entrenamiento. Muy rápidas. A ver donde dormimos hoy. El otro día limamos con los Rangers, no dejan acampar en todas las playas.”

24-04-11.

“Esto es lo que ponía en la guía de surf sobre el pico que surfeamos ayer. El cabrón de Steph lo sabía y no me dijo nada. Brrrrr. Escalofríos. Nanarup beach (Albany): Rumores: Con la apertura de una ría cercana y con una fatalidad en la esquina oeste (justo donde surfeamos) recientemente los tiburones son más que un rumor aquí..”



También nos quedamos atascados en la arena varias veces. Pala y a cavar. Bajar la presión de las ruedas y salir. También en un dia sin surf pesqué el salmón más grande que he visto en mi vida con la caña más barata y pequeña del mercado. Eso si, con una línea fuerte y un buen anzuelo.

Toda la escapada mereció la pena y pude traerme un sabor más intenso aún de Australia.

Así pues, al regreso de esta aventura, estoy saboreando cada día que me queda aquí en Margaret como un caramelo. Y no me puedo quejar, las olas me están acompañando y estoy viendo delfines cada día en el agua, como esta mañana surfeando en Grunters con dos metros y suave viento off-shore.

Mis nuevos amigos y mi familia australiana, aunque no lo saben, van a hacer que me sea muy dificil marchar. Ayer tuve una conversación con Margot, mi “madre” y amiga australiana sobre las relaciones entre las personas, las parejas y la actitud en la vida en general. Hemos hablado varias veces sobre esto. Y me ha enseñado que una de las lecciones más importantes es no dejar que el miedo hable por ti. Que la vida hay que vivirla sin él. Sin miedo.

Me llevo lo más importante conmigo. Amistades y recuerdos que durarán de por vida.

Pero ahora tengo que seguir La Cruz del Sur. He escuchado que allí las ballenas se acercan a la costa. Que su gente tiene tatuajes que son símbolos de nueva vida, inspirados en los helechos, la planta más antigua del planeta. Que son fieros guerreros de corazón grande. Y que hay olas mágicas. A por ellas!

Consejo 1: Don’t worry, be happy.

Consejo 2: Yo ya he sobrepasado el ecuador de mi viaje. Si puedes, hazlo. No lo dudes ni un minuto. Escribe tu propia historia y preparate para cambiar. Para mejor, sin duda.

divendres, d’octubre 07, 2011

931 Ongi etorri Arnau! Benvingut Arnau! Bienvenido Arnau! Welcome Arnau!




Odeiaren bidaia 181. El viaje de Odei 181.

Egun on kukuoyentes de esta emisora imaginaria. Hoy damos la bienvenida a una nueva alma que llega al planeta azul. Arnau!

En palabras de su padre:

"Fue una experiencia increíble. Ver como aparece de la nada y empieza a berrear, buf! Una subida de adrenalina indescriptible."

Que seais muy felices. Ongi etorri.

dijous, d’octubre 06, 2011

930 Un año al ritmo de las olas III.

Tercer artículo y fotografías publicadas en la revista 3sesenta.





Odeiaren bidaia 180. El viaje de Odei 180.



Y Margaret River me abrió sus brazos. Conocí a una familia australiana que practicamente me adoptó. Una tarde fría de esas en las que no te encuentras. En la que te preguntas si estás en el lugar apropiado haciendo lo correcto. Harto del backpackers en el pueblo, esperando a tener una cama libre en otro hostal en la misma playa, bajé caminando bajo las nubes grises y la lluvia calle abajo por el main street. En el estudio artístico de creaciones de piezas de cristal encontré el calor junto a su horno y su gente. Así conocí la verdadera hospitalidad australiana de la que había oido hablar. Una semana más tarde me ofrecieron su confianza. Se iban de vacaciones. Pasear a sus perros por la playa a cambio de la casa y el coche. No les defraudé y nos hicimos buenos amigos.

Por fin encontré mi alojamiento en otro backpacker junto a la playa. Un pequeño tesoro que atrae a un tipo de gente concreta. Un espacio tranquilo, muy cerca de olas muy buenas. Surfistas, caminantes, amantes de la naturaleza. Personajes muy variados pero con un fondo muy bueno. Una mezcla cultural muy interesante. Conversar, escuchar distintos puntos de vista de otras culturas de primera mano. Es una enseñanza muy buena. Además de las experiencias personales de cada uno, sus consejos, sus viajes.

Y así, con cuatro ruedas y nuevos amigos solo quedaba explorar. Gas Bay fue mi playa local durante muchas sesiones. Un spot con muchas posibilidades distintas, con varias olas. Después otra y otra más, nuevos picos, nuevas rompientes. Observar. Medir. Probar. Mojarse. Remar, remar y remar. Surfear. Yallingup, Main Break, Southside, North Point, South Point, Honey Combs, Moses Rock, Lefthanders, Guillotine, Gallows, Ellensbrook, The Box…están todas ahí, una detrás de otra.

El escenario se define en una recta de en torno a unos 100 kilómetros. De cabo a cabo. De Cape Naturaliste a Cape Leeuwin. El nivel es muy alto y cuando llega el swell es como un parque de atracciones. Derechas, izquierdas, roca, reef, arena,…para dar y tomar. Es una auténtica meca del surf. Orgullosos y curtidos locales, visitantes de Perth y viajeros de todo el mundo se encuentran en sus picos.

Las primeras sesiones tenía algo en mi mente. Algo que no me dejaba disfrutar de las olas. Ese algo tiene una aleta dorsal, agallas y muchos dientes. Historias locales, algunas personas que tienen miedo y ya no surfean en ciertos lugares. Un monumento en Lefthanders en memoria de un surfer muerto por un ataque. Que te cierren una playa un día y claven una señal de avistamiento en la arena..incidentes recientes. Todo esto impacta y hace que tu mente, si no la controlas, te arruine el baño o como he conocido alguno, ni vayas a surfear.

Así, es un ejercicio que tienes que hacer para seguir adelante. Centrarte en las olas, seguir los consejos que cualquier australiano te dará y seguir surfeando. A mi, personalmente, la respiración de yoga mientras llegaban las series me ha ayudado mucho. Y si bien, debes mantener los ojos abiertos, has de pensar positivo y mantenerte fuerte mentalmente en el agua. Disfrutar.

Un susto: Gas Bay, 6:30 de la mañana. Esperando la siguiente ola. Veo una pequeña espuma blanca en un sitio donde no debería estar. A unos 20 metros a mi izquierda. Giro el nose de mi tabla hacia allí. Arqueo una ceja. Un momento más tarde, dos aletas enormes salen frente a mí muy muy cerca. Mi corazón a diez mil. En 2 segundos me morí y volví a nacer. Delfines.



Había algo que estaba echando de menos en este viaje. Encontrar una tabla nueva. Una especial que rocorriera el camino conmigo.

Y esta es la historia de cómo esa tabla me encontró a mi..
..conocí a Tom a unos metros de donde estoy escribiendo en esta nueva libreta. En el parking frente al Main Break de Margaret River.

Volvía de una sesión divertida en el reef de Southside. Tom observaba las olas frente a su viejo 4x4, aparcado junto a mi pequeño ford cuatrolatas.

No se quién habló primero, pero enseguida entablamos conversación. Pensé que sería una de las viejas glorias de Main Break. Y vaya si lo era. Palabra a palabra fui descubriendo quien era Tom Hoye.

Algo cabizbajo me preguntó que tal había ido la sesión. Me mostró su pierna. Tenía una terrible cicatriz a mitad de la tibia. Me explicó que apenas podía surfear por una rotura muy mala. Sucedió hace 5 años, al verse arrastrado contra las rocas por una ola gigante en Yallingup, mientras observaba el maretón.

Enseguida se fijó en mi tabla y efocamos la charla en ella. Reveló su condición de shaper y comenzó a explicarme conceptos maravillosos sobre los bottoms. Tom hablaba y yo le transmitía mis sensaciones sobre esa tabla de flexlite con la que estaba viajando, sin alma, de molde, pero resistente.

Casi avergonzado por poseer una tabla de “plástico” le conté que el resto de mi quiver era de foam.

-No me malinterpretes, no tengo nada en contra de ellas pero este tipo de bottoms ya se hacían en el ’67.

Mientras Hoye hablaba mi mente razonaba:

-Espera, este tio lleva 50 años surfeando, 40 shapeando, trabajó para O’neill en California. Estoy ante un pez grande de la historia del surf. Y tiene la misma edad que mi viejo, 66 tacos..calla y escucha.

-Como te digo, podría estar horas hablándote de la importancia del bottom de una tabla y del sistema que empleo, pero si quieres verlo ven a verme a mi taller siempre que quieras.

Le retraté con mi cámara y nos despedimos.

Una tarde muy calurosa mi amigo surfista Steph y yo nos fuimos a visitarle. Localizamos su taller en la zona industrial a las afueras de Margaret River.

Al tocar en la puerta abierta que separa la tienda del taller escuchamos maldiciones al aire. Un Tom Hoye evidentemente cabreado por el efecto del calor (verano 2011 en Western Australia) en la resina salió a saludarnos.

-Con este maldito calor no se puede hacer nada!

El edificio donde trabaja Tom está dividido en tienda y taller. Se respira casta. Apenas tiene stock pero el trabajo que se puede apreciar en varios de los guns allí expuestos es de primera clase (el más pequeño, un 8’6). De vieja escuela, o mejor dicho, de 40 años de shape, porque como dice él:

- Estas son tablas modernas porque las estoy shapeando hoy en dia. Por alguna razón la gente me clasifica como un Gun shaper, pero puedo shapear cualquier tipo de tabla. Y no utilizo pre-shapes. Hago tablas custom, recibiendo la energía que me transmite el surfista, his/her vibe!

En 1966 quedó primero en el campeonato de Norcal. Todo lo que quería hacer era surfear y shapear tablas. Así, estuvo persiguiendo a Jack O’neill 1960 hasta que consiguió un trabajo en su taller. Las sesiones en Santa Cruz eran cada vez menos solitarias. Pensaba que sería una moda pero cada vez fue a más.

Harto de multitudes, de demasiada gente en el agua, Tom, sin dar una sola pista emigró a Western Australia. En aquél momento, desde Margaret River hasta Yalling Up, incluyéndole a él había 6 surfistas en la zona.

Cuando allí se hizo una reunión a principios de los 70 para organizar el primer campeonato. Tom expuso los motivos por los que no creía que organizar uno de ellos con repercusión mediática sería una buena idea. Sus argumentos se convirtieron en objeto de votación. Y gracias a él votaron que no se haría el campeonato. Había visto lo que sucedía en California y no deseaba que masas de gente invadieran su nuevo hogar. Desafortunadamente los sponsors de la costa Este no pensaban igual, e hicieron el campeonato a toda costa.

Volviendo al taller, bajo una de sus tablas, arrastrando una varilla por el bottom, este testigo de algunos de los momentos más significativos de la historia del surf, me enseña su magia. Nunca había visto tanto trabajo ni tantos matices en una tabla de surf. Todo lo que dice cobra sentido.

Habiendo olvidado ya el pequeño desastre de la resina y frente a una muy reducida pero agradecida audiencia todo oídos, nos relata uno de los días gordos acontecidos en Margaret River. Un día de 1991 en el que Main Break conectaba hasta The Box.

Con su relato, con su experiencia en el agua aquél día, nos puso la carne de gallina. Sobre la puerta, las fotos en color de aquella sesión. Las mismas que se pueden ver en Settler’s, la taberna del pueblo. Entonces tenía 46 años. Cuando cumplió los 50 poseía varias tiendas y se dibujaba en el horizonte una prospera jubilación. En un momento de retroceso económico los bancos afilaron sus dientes y Tom perdió mucho dinero. Pasó por el cáncer y la trombosis. Ahora intenta recuperar el equilibrio en esa pierna que tanto le frustra.

-Simplemente me caigo al intentar cualquier tipo de giro. La conexión de los tendones y nervios no funciona.

Puede que los tendones de esa pierna no funcionen correctamente, pero su espíritu y pasión por el surf y las tablas continúa intacto. El logotipo de las mismas, un indio norteamericano sobre un caballo. Un símbolo de libertad.

Unos días después de esta primera visita le vi sentado observando las olas con unos prismáticos, quien sabe, quizás a algún surfer surcando las olas con una de sus tablas mágicas. Observando su comportamiento. No quise molestarle.

La última visita que hice a su taller fue para encargarle una tabla. Se ilusionó con el proyecto de volver a shapear una tabla corta de nuevo. Brillo de juventud en sus ojos.

Ahora, echo la vista atrás y ya han pasado 5 meses desde que salí de casa. Mis ahorros se mantienen pero no hay que descuidar la economía. Australia te da oportunidades. Si eres trabajador/a y estás decidido a trabajar no tendrás problemas. En el hostal puedes presentarte para limpiar las habitaciones, cocina, etc..También para trabajar en la recepción. A cambio puedes conseguir alojamiento gratis. Por lo que he visto, trabajar recogiendo uva no sale muy rentable si trabajas mediante una agencia. Pasan muchas horas mientras esperas a que se formen las cuadrillas y no te pagan por ellas. Es mejor si conoces a un particular. La construcción es otra opción, te mantienes en forma y pagan bien. Pero asegúrate de que no te contraten como mula de carga. Te romperás. No tiene sentido trabajar para después gastarte el dinero en médicos. Y si trabajas es para poder seguir surfeando.

A veces tienes que salir de casa para valorar lo que tienes. Y me doy cuenta de que cuando te preguntan de dónde eres tú contestas que vives entre Hossegor y Mundaka. Pues no está nada mal no. Lo que tengo claro es que para ir a conquistar olas por el mundo es importante hacer los deberes en casa. Y nuestas olas son una buena escuela.

Al comenzar este viaje pensaba que sería algo que debía hacer para sentirme tranquilo cuando regresara. Que saciaría mis ganas de surf y de viajar. Que entonces podría sentarme a beber cerveza y engordar. Y si algún día tuviera un hijo, aconsejarle que lo hiciera en un momento de su vida. Pero este viaje, además de saciar algo que quise hacer, además está siendo un soplo de aire fresco en mi vida. Uno que va a avivar una brasa ardiente dentro de mi que tardará mucho tiempo en apagarse.

Hoy suenan Dixie Chicks, “The long way around”.

Consejo 1: Invita a alguien a tu mesa si le ves comer solo. Igual se convierte en uno de tus mejores amigos. Igual no. Pero seguro que podéis aprender algo el uno del otro.

Consejo 2 (y este lo tomo de un amigo y lo intento aplicar): Aprovecha cada oportunidad del viaje a tope. Siempre habrá tiempo para la rutina, y muchos años en casa, que también tiene sus partes buenas.