diumenge, de febrer 24, 2008

191 Asteburuan, berriz.



Este fin de semana, después del poco éxito del anterior, hemos vuelto a la carga.

El sábado, fuimos hasta Mutriku pero volvimos a Deba, al ver funcionar una buena izquierda. Entramos, Borja y Borja, y el aquí firmante sin demasiado tiempo, porque teníamos una comida esperándonos en el Perus para celebrar el cumpleaños de la bitxo bola, Laura. Zorionak bitxo bola! Era nuestra primera vez en esa playa, pero siempre me habían llamado la atención las imágenes de olas grandes en la derecha de Deba. Pues bien, al fondo a la derecha, entraron dos surfistas, uno con un 7.7 y el otro con un 6.11. Les vi pillar la primera ola después de un buen rato y fui a investigar con mi fish para allí. La ola se fue montando y funcionando cada vez mejor. Al poco de llegar pillé una normalita. Fue creciendo e intenté pillar esa ola encima de las rocas varias veces. No había manera, me faltaba tabla. La ola llegó a los dos metros. Elegí mal y volé desde el labio hasta el fondo, rezando para no comer rokita. Libré. Volví al pico y finalmente fui premiado con un take off casi a ciegas y una verdadera bomba. Como fue larga, volví al pico de abajo, de camino hacia fuera. Al llegar esperé dos minutos y entro un regalo de serie. Pillé una buena izquierda y para fuera. Baño redondo!

Hoy, Milla y yo, con una ligera resaca de gin-tonic, hemos triunfado en Mutriku.De camino nos hemos encontrado a El Niegà, saliendo del agua en Deba, recuperándose de su vertigo. La derecha no funcionaba hoy.

Hemos entrado por las rocas del lateral. Poca gente, seis en total, y una ola de metro y medio muy potente que nos ha regalado unos muy buenos momentos. El lugar es realmente fantasmagórico, con la casa misteriosa a lo alto del acantilado, todas esas piedras y rocas oscuras y los pajarracos que merodean un vertedero muy cercano; pero tiene algo noble a la vez: su ola, sólida y rápida, y sus locales, siempre abiertos a compartirla, mientras se les respete y no se les invada.

Os dejo los escudos de los dos pueblos que hemos visitado este fin de semana. Ambos, antiguos balleneros, os invito a que investiguéis en sus páginas web. Tienen un patrimonio arqueológico en cuanto a pinturas rupestres referente para toda Euskadi y una oferta gastronómica muy interesante, aunque nos fijemos más en las olas.