Entrábamos en Galiza esta vez con incertidumbre. Poco después de cruzar sus puertas la niebla, la lluvia y las oscuras nubes nos daban su particular bienvenida veraniega. Es el final del mundo, donde la naturaleza marina se resiste aún a dar la batalla por perdida frente al hombre. Con insolencia escupe millones de seres a la vida, en incansable resistencia.
Me ha regalado olas esta vez esta tierra auténtica. Una semana en furgoneta sin más ducha que el agua de mar con un buen amigo y profesor. Ha mejorado mi surf. Hemos conocido a locales y lugares. Surfear, leer, cocinar, discutir, reconciliar, buscar, dormir, comer, fotear, trepar, curar, contemplar, escribir, vivir, sentir, surfear.
Aguas transparentes que te iluminan la mirada en esos instantes que vas corriendo sus paredes.
Hemos conocido a los locales, sus formas de ser, escuchado sus relatos mientras se le ponía la piel de gallina recordando a un viejo amigo que dijo adios desde el agua.
Comida barata y viviendas asequibles aún, nos hacen reflexionar sobre los disparates con los que convivimos en casa haciendo la vida asfixiante para la mayoría de los jóvenes como algo normal. Así nos encontramos con Estitxu en su caravana que nos permitió abastecernos de algo de electricidad. Qué sano aislarte para seguir el ritmo de las olas descartando todo lo que sobra..
A todo esto coincidimos con cuatro chavales de EuskalHerria. Cuatro jóvenes hombres diez años más jóvenes que nosotros. Hablamos con ellos sobre el futuro que se les dibuja en los próximos meses. Les vuelve locos el surf. Estudiar o no. ¿Qué elegir? Si les llega la media? Si es compatible con el surf, etc..¿Qué destino elegir o estudiar en casa? Nos resulta familiar y dentro de nuestra experiencia les aconsejamos lo mejor posible. A su vez viéndoles tan sanotes y bien educados nos hace preguntarnos qué hacía que con su edad nosotros fueramos tan antisociales, tan macarras e inadaptados..¿porqué perdimos tanto tiempo en cosas tan estúpidas? algunos tuvimos la gran suerte de cruzarnos con el surf y subirnos a su tren de vida, seguir una inquietud y hacer de ella un oficio..otros siguieron por aquél camino oscuro lleno de prejuicios e ideas insanas. De drogas, vicio y desquicio. Seguramente era algo por lo que teníamos que pasar para darnos cuenta. Nuestra educación tampoco ayudaba en nada y nos incitaba a la curiosidad y la rebeldía, aunque está claro que hay puertas que es mejor no abrir.
En una de las fotos, Rafa curándo su pié de la picadura de un pez araña. Remedio: meterlo en agua muy muy caliente y aguantar como un jabato. Espero que no reutilizaran la heladera esa, ;).
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