Ha sido un espectáculo emocionante; y un privilegio aprender de los maestros, así como descubrir varias olas que duermen en la carretera de la costa, a la espera de un golpe de mar como este.
A la vuelta hemos visto funcionar Karramarro precioso, con unos 3 metros y un jabato con un gun pillándolo.
Ya la hemos fichado para el próximo golpe de mar.
Zorionak a esos jabatos que han dado el callo hoy en esas maravillosas montañas vivas de agua, que nos dan inspiración y cosas en las que creer.




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