415 Pasieeencia.

Hoy he podido surfear gracias a un compañero de olas. Uno de esos que te puede aparecer en cualquier pico en su pequeño coche lleno de tablas. Gracias a él he esperado al buen punto de marea, he frenado mis ansias, me he reido un rato y hemos cogido el ritmo a la naturaleza. Conclusión: un buen baño, el viento se ha ordenado y la mar ha regalado olas preciosas para todos.

-Pacienciaaaaa, no seas ansioosoo. Espera un rato más, necesita más aguaaa.

Con una sonrisa incombustible y estilo brasileiro hemos salvado el dia. Gracias señor Carnero!

Como anécdota, me he pegado un tajo en el pié, nada grave pero un poco asqueroso, con la uña cortada por la mitad. Lo más raro es que ni me he enterado, supongo que por el frío. No se si ha sido una roca, una quilla o una antxoa carnívora. Llevo más o menos un mes y medio surfeando con los pies desnudos, púas de erizo (Laura lo sabes muy bien, gracias por la aguja y la paciencia de santa), tajos, etc.. son el precio de surfear sin escarpines. Sin embargo ganas mucho en tacto con la tabla. No me quiero ni imaginar los pies de Julen Larrañaga, después de años surfeando sin ellos.