dilluns, de febrer 12, 2007

62 Larunbaten, La Corniche, Iparralde

Previsiones bestias, el viernes por la noche cenita de dos buenos amigos, Albarito y Amaia, son pareja y cumplen años el mismo día. Un cubata y me voy a dormir en la furgo al tenis. La marea alta es a las 9 y es cuando suele funcionar ese spot. La cena o el garrafón del cubata en el snooker me sienta fatal y hacia las tres de la mañana la cena sale por donde entró. Me despierta el ruido de alguien intentando impregnar una parafina demasiado dura en una tabla. Cabrones, ya están aquí. Me levanto a toda leche, estoy destemplado y algo débil. Hay varios surfers ya en neopreno entrando al piko. Me asomo al murito y la ola no es ni la mitad de lo que puede llegar a ser. No hay coeficiente de marea, son mareas muertas, el tenis necesita un buen coeficiente y no es el caso. Me subo en la furgo y me voy. Me siento débil y sucio. Me encamino hacia Iparralde, al otro lado de la muga. Ni siquiera paso por Gros. Mi primera parada, Hendaia.




















No lo veo claro y sigo por la preciosa carretera de La Corniche, (desde pequeño siempre me gustó), camino a Sokoa y St.Jean de Luz. Está todo al lado, pero es como cambiar de planeta, me encanta perderme por allí, a menudo sólo.






































Me han contado un par de secretos sobre Sokoa y St. Jean de Luz, pero ninguno de ellos funciona. De todas formas el lugar me seduce, gracias a sus casas, pequeños comercios, pintorescos habitantes y sensuales mujeres. Continúo hacia Biarritz después de tirar algunas fotos desde la furgoneta.

































































Estoy a gusto, se que seguramente no surfearé pero sigo mi ruta, quiero ver la mar. Próxima parada, Biarritz. Bueno pal alma.
¿Alguien sabe lo que cuenta la leyenda? yo si...


























































La Côte des Basques, la gran playa de Biarritz, bajando hacia ella veo unos socorristas haciendo prácticas, con dos cojones. Dicen que la virgen blanca cuida de ellos, yo soy agnóstico, pero le confiere un aire misterioso al lugar, y más con el maretón golpeando las rocas una y otra vez...
















Un heladito?








Después de admirar la fuerza del mar sigo decidido hacia Anglet, voy directo a La Barre, el comienzo del fin del mundo, después Cavaliers y vuelta despacio hacia casa, por el camino de la costa.




2 comentaris:

Anònim ha dit...
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Kukurusta ha dit...
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